Bubblegum bitch.- Choi YeonJun y tú.

12.

Mi corazón se encogió al saber que lo hacía por su madre. Fue lo único que alcanzó a decirme antes de volver de vuelta con BeomGyu. Suspiré mirando las estrellas por un momento. ¿Debería intentar ayudarlo? No lo sabía, directamente no sabía qué haría pero no dejaría las cosas así.

Ir los viernes a ver las carreras se había vuelto un hábito pues de nuevo estábamos allí a pesar de qué BeomGyu no correría. YeonJun tenía su moto lista y TaeHyun le esperaba para qué pudiera montarse.

YeonJun volvió a mirarnos una por una. Ya besó a SeoHee y a HwanJo, sólo quedábamos DongHak y yo. Yo me aparté para que no me escogiera y efectivamente no lo hizo. Suspiré de alivio y él está vez ni siquiera dijo su famosa frase antes de despedirse.

Jun se montó en su moto y fue hasta la parrilla de salida. En cuanto la chica dio la salida YeonJun salió a toda velocidad, acercándose peligrosamente a las motos y cogiendo las curvas demasiado cejado para ser mínimamente seguro. Él solamente iba a ganar y a vengarse de su amigo y eso hizo. YeonJun tuvo un comportamiento poco deportivo durante toda la competición pero qué más pedir en una carrera ilegal.

Quedó él primero, derrapando de manera descuidada para frenar la moto y levantó los brazos en señal de vctoria. No reconocía al YeonJun que estaba allí delante en comparación a cómo fue cuando BeomGyu cayó. Las chicas corrieron a felicitarle y a celebrarlo con él. YeonJun sin embargo quitó su casco volviendo a coger a DongHak, besando sus labios con fiereza de manera que sería desagradable de ver para todos y se la llevó manoseándola sin escrúpulos hasta el capó de un coche, donde ví cómo la ponía de espaldas a él y le levantaba la falda.

Aparté mi mirada ya que no quería ver nada más de eso. Ni siquiera sabía cómo podía sentir lástima por alguien así de animal. Ví a TaeHyun llevándose la moto de YeonJun y me fui con él. Él me miró con ojos dulces.

—es incómodo, ¿verdad? YeonJun se ha dejado llevar por la adrenalina que siente... Él realmente no es así.
—¿cómo es que sabes que no es así?
—porque lo conozco, sé que en su corazón no hay maldad ni mal para nadie porque él ya pasó suficiente mal. —confesó TaeHyun.
—mmm sigo pensando que es como un animal a veces ¿cómo ha podido llevarse así a DongHak? Qué asco.

TaeHyun rió asintiendo. En cierta parte sabía qué yo tenía razón pero me dejó tocada con las palabras que me soltó a continuación.

—nunca te dejes llevar por las apariencias, _____. Aquí se cumple con la ley de la selva o comes o te comen... YeonJun lo sabe bien. Él tiene un corazón de oro y lo podrás comprobar. Sólo tienes que darle confianza suficiente y entonces él será cómo un niño pequeño.

Un rato después junto a él mientras me explicaba cosas cobre el chasis de la moto, el sistema de freno y aceleración y las ruedas, las chicas decidieron irse. DongHak trató de arreglar su ropa y su pelo como pudo. YeonJun volvió con TaeHyun mientras se volvía a hacer una coleta. Me aparté de TaeHyun entonces y las chicas comenzaron a caminar hacia el coche. Tae tomó mi mano y besó mi mejilla. Le miré perpleja.

—gracias por adelantado. Vas a hacer mucho y no lo sabes...

Confusa me solté lentamente de su mano y caminé rápidamente hasta mis amigas de nuevo, tomando las llaves del coche para montarme y de nuevo llevarlas a todas y cada una a su casa.

YeonJun's pov:

Desperté temprano para ir a ver a BeomGyu. Salí de casa a las diez de la mañana o cosa así y fui al hospital. Llegué llamando a su puerta y el muy cabrón seguía dormido. Golpeé la puerta con más fuerza y despertó de un sobresalto.

—Buenos días a ti también, Choi YeonJun.
—Buenos días, Choi BeomGyu. Ya era hora de despertar, encima que vengo a verte... El otro día gané la carrera contra los que te tiraron al suelo. Dejé a esos desgraciados por los suelos.

BeomGyu soltó una risita al oírle hablar y asintió varias veces escuchándole.

—Muy bien YeonJunnie, pero ten cuidado la próxima vez, no te dejes llevar tanto por los instintos.

YeonJun alzó su mano hasta su frente como si saludara a un oficial del ejército. Ambos rieron y entonces BeomGyu volvió a ponerse serio.

—¿cómo está tu madre, Jun?

El estómago de yeonJun se revolvió.

—está bien... Está bastante estable, igualmente no podemos fiarnos, el cáncer es una enfermedad traicionera...

BeomGyu asintió y se incorporó como pudo.

—¿por qué no vas a verla ya que estás aquí?

YeonJun asintió sin decir ni una palabra más. Se despidió de su amigo dándole un suave chorlito en la frente y salió corriendo hasta la tienda del hospital. Buscó un ramo de rosas que llevarle y lo compró. Subió hasta la habitación de su madre y entró dando un par de golpecitos a la puerta.

—¿se puede, señorita?
—tú siempre, niño de mis ojos.— Respondió su madre.

Él entró y la vio con su característico pañuelo rosa para ir a juego con su niño. Él le entregó el ramo de flores y ella las observó con detenimiento y amor.

—¿a qué ha venido esta gran sorpresa?
—tenía ganas de verte, mamá. La quimioterapia va al día así que tranquila.
—YeonJunnie es mucho dinero...
—te dije que no me rendiría contigo y así es, mamá.

Jun se tiró a los brazos de su madre y la abrazó con fuerza. Su madre soltó una pequeña risita correspondiendo su abrazo.

—niño mimado de mamá, eso eres algodón de azúcar.

Él era feliz cuando estaba entre los brazos de su madre. Volvía a sentirse él niño que nunca pudo ser.

—te quiero, mamá.
—y yo a ti, Junnie.