Capitulo 3

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Ya pasaron 2 semanas y no he hablado con nadie, a veces no me molesta, pero otras veces quisiera almenos tener un amigo.

Hoy iba caminando hacia mi casillero, venía de la clase de inglés y me tocaba descanso así que iba a dejar mis cuadernos a mi casillero, estaba apunto de llegar cuando choqué con una chica pelirroja.

Sin mentir ella era la más linda de la escuela, tire sus libros al suelo entonces cuando me agache a recogerlos levanté la mirada hacia ella, todos esperarían el típico gracias pero esta vez fue muy diferente.

—Que demonios te pasa, que no ves que venía caminando —exclamó convirtiéndose en el diablo.

—No —contesté arqueando la ceja.

—Ogh solo eres un niño, largó de aquí ni siquiera toques mis cuadernos —ordenó irritante.

—Bien —respondí poniendo los ojos en blanco.

Seguí caminando, mi hermano siempre decía que las chicas eran raras, pero esta estaba peor que todas.

Al llegar a mi casillero metí todas mis cosas, Bea estaba sentada en el suelo con otro libro y a su lado estaba Thomas.

—Creo que acabas de conocer a Kaya, es linda pero le falta humanidad —sonrió el castaño— me llamo Thomas.

—Lo sé vamos en las mismas clases —comenté dolido.

—Lo siento soy un poco distraído —se disculpó apenado.

—Claro —dije restándole importancia.

Él abrió su casillero y cayeron un montón de diamantina junto con plumas rosadas, él solo miro hacia abajo.

Unos chicos pasaron gritándole "adiós linda", él solo los miro y levanto los dedos medios en forma de respuesta.

Los choco siguieron caminando, no quise preguntar, Bea cerró el libro con fuerza y se paró de inmediato volteo hacia Thomas.

—Vamos a comer Tommy —dijo sonriéndole— quieres venir Matt.

—Seguro —acepté pues no tenía más que decir.

Nos dirigimos al comedor, yo llevaba mi comida ya que Linda, la esposa de mi papá, siempre insiste en que era mejor que comiera la comida que ella prepara.

Bea y Thomas compraron sus almuerzos y nos sentamos en la mesa que ellos solían sentarse,  la duda me gano así que pregunte.

—¿Por qué esos chicos pusieron plumas y diamantina en tu casillero? —pregunté soltándolo de golpe.

—Claro olvidaba que eras nuevo —contestó algo incómodo— verás algunas personas tienen una mamá y un papá, otros tiene dos mamás y un papá y bueno yo tengo dos papás —explicó sonriendo.

—Entonces eres adoptado —asumí inmediatamente.

—Wow la mayoría siempre me pregunta cómo es tener padres gays o si lo soy yo y no no lo soy  —aclaró— pero si, soy adoptado, ellos me adoptaron dos semanas después de nacer.

Y así Thomas comenzó a contarme su historia, al parecer su  madre lo iba abortar, pero su padre de ella la convenció de que no lo hiciera le dijo que si no le quería le diera en adopción.

Así sus padres que ya habían adoptado a su hermana decidieron solicitar otra adopción y así se lo dieron a ellos.

—No me quejo son buenos padres —dijo orgulloso.

un nudo se me hizo en la garganta al escuchar la historia de Thomas, así que solo pude responder lo primero que se me ocurrió.

—Genial —contesté sonriendo— y a que se refería el profesor Brown con lo que hiciste el año pasado.

—A eso, hace un año pintaron todo el salón de rosa y me culparon a mi, claro culpen al que tiene dos padres y no al que se viste de rosa y lo han cachado 2 veces besandoce con dos chicos —contó algo molesto.

—¿Y lo hiciste? —pregunté confundido.

—No esa fue Bea, yo fui el que prendió la alarma de incendios y mojo a toda la escuela —contestó más feliz— a y también explote el laboratorio.

—Oye yo ayude en la la última —exclamó Bea molesta.

—Si pero a quien culparon a mi no a ti —dijo mirándole burlón.

—En fin, iremos está tarde a la playa quieres venir —ofreció dando una mordida a su desayuno.

—No tengo traje —comenté apenado.

—Tranquilo nadie va a nadar a la playa, solo se va a fumar y a beber quieres ir —ánimo ella con tanta tranquilidad.

—Si por que no —acepté, que podía perder.

—Bien entonteces te vemos en la salida en lo casilleros —dijo sonriendo.

Ellos se levantaron y se fueron, así que le deje un mensaje a mi padre de que llegaría tarde y uno a mi hermano donde le decía que no viniera por mí, tal vez no estaría tan solo después de todo.

No es otra historia de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora