Capitulo 32

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Habían pasado ya dos meses de que tenía mi licencia y era todo un experto a decir verdad, una vez teniendo la licencia me relaje y así aprendí mejor.

Estábamos a punto de terminar la escuela, mis notas habían subido bastante y ya no corría riesgo de reprobar como el año pasado, además se acercaba Navidad.

Estaba feliz pues vería a mi mamá, pasaría las vacaciones con ella pero tendría que volver para Año Nuevo.

—Hay una fiesta mañana por la noche —dijo Bea feliz.

—¿De quién? —preguntó Thomas.

Estábamos sentados en la cafetería terminando proyectos.

—Un chico rico de otra escuela, vamos —ánimo emocionada.

—No lo sé tengo que ayudar a Tommy con el trabajo —explique pues en realidad no habíamos hecho nada.

—Si les ayudo prometen ir mañana —ofreció su ayuda.

—Seguro por qué no —acepté mirando a Thomas animado.

—Bien —aceptó de mala gana.

—Vamos a la casa de Thomas por la tarde —dijo Bea.

—Por qué siempre tiene que ser en la mía —se quejó.

—Por qué en mi casa está mi hermano y sabes cómo es, demanda atención todo el tiempo — explicó ella.

—Y mi casa es literal del tamaño de tu patio, a menos que quieras hacer la tarea en un habitación más pequeña que tu baño —exclamé, él lo pensó.

—Los odio —confesó concluyendo.

Por la tarde fuimos a la casa de Thomas, sus padres estaban muy felices pues su hermana pasaría las vacaciones con ellos.

Ansiaba por conocer a la hermana de Thomas, según Bea era muy divertida.

Mientras jugábamos, pues claro está que no haríamos nada y todo se lo dejaríamos a Bea, ella salió por un momento.

—¿Tus padres aún no saben lo de el bebé de tu hermana? —le pregunte sin darme cuenta.

—No y no lo sabrán, al menos no de mi —contestó concentrado en el juego.

—Has planeado que harás después de la preparatoria —comente.

—Pasar a la universidad claro está —contestó con brusquedad.

—Idiota —exclamé.

—Oh vamos falta mucho para eso —expresó sonriendo.

—Seguro, tienes el futuro resuelto —dije pues era verdad.

—Créeme no seré diseñador, ni venderé relojes como mis padres —contestó— yo saldré de aquí —aseguró.

—Creí que te gustaba este lugar —comente confundido.

—Me gusta pero no para pasar toda mi vida aquí, yo... iré Australia —dijo seguro con una sonrisa.

—¿Para que? —pregunté confundido.

—Buscaré a mi madre Matt —sonrió.

—Sigo sin entender para qué —conteste

—Amo a mis padre pero necesito conocer a mi madre, estuve investigándola, ahora tiene dos hijos y se casó con un hombre rico —explicó.

—Tommy tú tienes una vida aquí, una familia, un imperio y si no es sufí tienes a Bea, me tienes a mi, por qué necesitas conocerla —exprese confundido.

Yo daría lo que fuera por tener una vida como la de él, no tener que preocuparme por si mi padre podrá pagar mi universidad o no.

—Necesito darle las gracias por darme en adopción, quiero que vea la persona que soy ahora y que no abortarme fue la mejor decisión que pudo haber tenido —me dijo con los ojos cristalinos.

No es otra historia de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora