Capitulo 20

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Después del pequeño viaje con mi madre decidí que era tiempo de tener mi primer cita oficial con Bea.

No tenía nada planeado, ni tampoco sabia que hacer solo quería que fuera muy especial para ella, así que acudí con la única persona que conocía más a Bea que ella misma.

—Ni hablar no te ayudare —se negó.

—Oh vamos Tommy eres el único que me puede ayudar —pedí desesperado.

—Aparte de que tengo que soportarlos a ustedes dos como novios tengo que ayudarte —me recriminó— ¿Qué gano yo?

—Haré tu tarea, comprare tu almuerzo, haré lo que quieras pero por favor ayúdame, tiene que ser muy especial —suplique.

—Bien lo haré pero cobrare el favor después —me aseguró.

—Hecho —acepté.

Thomas planeo todo, la verdad no sabia como quedaría pero confiaba en él.

Me dió una lista de cosas algo extrañas que tenía que comprar, varios focos y una botella de vino.

Fue todo lo que tenía que hacer después de todo Thomas se iba a encargar de todo.

Al día siguiente en la escuela fue cuando la invite a nuestra primera cita, estábamos sentados en las gradas mientras Thomas estaba practicando lacrosse con todo el equipo.

—Bueno Bea Jones... yo quiero invitarte a nuestra primera cita formal —anuncié feliz.

—Enserio y cuando —dijo.

—Esta noche —sonreí.

—¡Está noche! ¿Dónde? —preguntó alterada.

—Ah mm —en ese momento recordé que no sabia donde iba a ser así que dije lo primero que se me ocurrió— es una sorpresa.

—Uh perfecto adoro las sorpresas —sonrió.

—Pasaré por ti a las siete —le dije.

Después de todo aun no sabia como era la cita y que iba a ser.

Lo único que me dio Thomas antes de pasar por ella fue un sobre donde venia una dirección, un control y una pequeña carta.

"presiónalo para sorprenderla"

Decía la nota, no entendía que hacer con el pero la sorprendería.

Fui por ella, ya que yo no puedo manejar y no planeaba que ella manejara le pedí a mi hermano que nos llevara, por suerte se mantuvo todo el camino callado.

Al llegar era como un edificio, subimos a la ultima planta que tenía una puerta de metal gruesa.

La abrí con cuidado pues no sabía que habría, era un departamento vacío, solo tenía una mesa redonda y del techo colgaban varios focos de la habitación.

La vista era perfecta ya que una de las paredes era de ventana, se podían ver todas las luces de la ciudad, estaba lloviendo pero eso no quitaba lo bello que se veía.

—Wow Matt esto es hermoso, pero esta un poco oscuro no crees —dijo confundida.

—Tranquila yo lo arreglo —conteste.

Presione el botón esperando que eso fuera, toda la habitación se iluminó, era hermoso.

En eso un muchacho de traje salió.

—Hola —saludó Bea algo confundida— ¿Quién eres tu?

—Me llamo Hal y seré su mesero esta noche —se presentó.

—Matt contrataste un mesero eres el mejor —ella me besó.

—Bueno entonces que comience la cena —dijo el mesero animado.

Eh de decir que la comida estuvo estupenda, el mesero no estaba mucho solo venia cuando tocábamos la campana.

Platicamos tanto, ella era tan linda, era la clase de chicas con la que todos querían andar pero ella solo buscaba a un hombre especial y ese hombre era yo.

La cena termino de maravilla, la lleve a su casa.

En la puerta ella me besó más.

—La mejor cita del mundo —aseguró,

—Para la mujer mas linda del mundo —me puse romántico.

—Te amo Matt Dawson —concluyó feliz.

—Y yo a ti Bea Jones —dijo con voz firme.

Solo había escuchado del amor en cuentos, ahora lo sentía.

No es otra historia de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora