Llegue a mi casa y la comida ya estaba en la mesa, mi hermano y Stu ya estaban sentados aunque nadie tenía nada en el plato.
Linda y mi padre estaban hablando en la cocina, cuando oyeron que cerré la puerta, mi padre salió de la cocina con Linda pegada a los talones.
—Por que llegas tarde, te hemos esperado casi una hora para cenar —exclamó molesto.
—Tuve que ir a casa de Thomas hacer un trabajo de la escuela —expliqué excusándome.
—Bien pero a la próxima avisa para no esperarte, ahora siéntate a cenar —ordenó más tranquilo.
—No tengo hambre —contesté cansado.
—Linda se esmeró en hacer la comida así que será mejor que la comas —dijo parándose frente a mí.
—Gracias pero no lo haré, no tengo hambre no puedes obligarme a comerla como cuando tenía 5 años —le enfrente.
Mi padre se enojó y me dio una puñetazo, mi hermano se levantó de la mesa y vino hacia mi enojado.
—No comeré así que puedes darme otra si es lo que quieres —lo rete con una mano en la cara.
Levanto la mano para darme otra pero Linda lo tomó de la mano y lo detuvo.
Mi hermano me tomo del brazo y me llevo a nuestra habitación, me sentó en la cama y entonces empeze a llorar, no sabía si era por el golpe o por que mi padre me había dado y estaba dispuesto a darme otro.
Derek me abrazo y trato de tranquilizarme como hacia cuando era pequeño, la puerta de mi recámara se abrió y entro mi padre.
—Derek podrías darnos unos minutos por favor —pidió más tranquilo.
Él asintió, mi hermano me sonrió y luego salió de la habitación, yo no quería hablar con él.
—Yo lo lamento, no sé que me paso solo que esto no puede seguir así —dijo él sincero.
—¿Qué no puede seguir así? —pregunté confundido.
—Ya no puedes seguir llegando tarde, no puedes tratarme como si fuera un extraño en tu vida, no puedes ver como una amenaza a Linda y necesitas acercarte más a tus hermanos, son tu familia —explicó sin mirarme a los ojos.
—Linda me cae bien y no la veo como una amenaza, Eva y Stu no son mis hermanos mi único hermano es Derek y desde que cumplí siete te volviste un extraño para mi —contesté soltándolo.
—Creo que te afectó demasiado el divorcio y ahora mudarte —dijo él sin entender nada.
—El divorcio no me afectó ni mudarme, lo que me afecto fuiste tu —exclamé herido— nunca volviste a llamar ni en mi cumpleaños, ni en Navidad, cuando Derek salió de la preparatoria no tuvo un padre que le aplaudiera, nunca estuviste con nosotros después del divorcio pero se un momento a otro llamas un día y le dices a mi madre que ahora es tu turno —dije levantando la voz— eso es lo que me afecta.
—Yo lo lamento —se disculpó seco.
El salió de la habitación después escuche la puerta de la entrada y luego su auto se alejó.
Me acosté en la cama y cerré los ojos para tratar de no llorar, mi hermano entro unos minutos después para sentarse a mi lado.
—¿Estas bien? —preguntó él.
—No —respondí sin mirarle.
—¿Quieres hablar? —preguntó insistente.
—No —contesté triste.
—¿Quieres que te deje solo? —preguntó como último intento.
—No —dije mirándole.
Él se quedo a mi lado, volví a cerrar los ojos y me quede dormido.
Mi hermano me tapo con una cobija, apago la luz y se acostó, Derek siempre me cuido desde que era pequeño y ahora era como mi padre aunque sólo me llevara unos años.
ESTÁS LEYENDO
No es otra historia de amor
Teen FictionMatt es un chico ordinaria. El típico chico que no se hace notar, está presenté en clases, él... es uno más del montón y como todos los adolescentes empezara a sentir el amor. Para él todas las historias de amor son lo mismo. La chica que no encaj...