Capitulo 36

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Los primeros meses después de mudarme fueron un infierno, seguía extrañando mi antigua vida, la vida que tenía cuando Tommy seguía vivo.

Mi hermano tenía que terminar su curso en el hospital, así que se quedó seis meses más, lo cual había sido muy extraño.

Derek siempre había estado a mi lado y no estar con él me hacía sentir mal, no poder hablar con él cada noche fue lo peor, incluso extrañaba sus golpes que venían de la nada.

No pude volver a mi casa pues mi madre se había mudado con su esposo así que tuve que tener un nuevo hermano, al principio no me llevaba nada bien con él pero con el tiempo se convirtió en mi hermano.

La escuela no fue mi fuerte ya que estaba un poco atrasado debido al accidente, gracias a eso había perdido muchas clases.

Tuve que repetir el año lo cual no ayudo a mi depresión sin embargo seguí mi camino como dijo Tyler.

Fue difícil, mierda fue horrible, incluso pensar en él me hacía tener ataques de pánico los cuales me habían llevado al hospital varías veces, sin contar con las constantes visitas al psicólogo.

En mi primer año tras su muerte mis calificaciones empezaron a subir, empecé a tener amigos o al menos hablar con otras personas pues creían que era algo raro.

Para mi segundo año empecé a volver con mi padre, visite un par de veces a los padres de Thomas, lo estaban llevando bien o al menos mejor de lo que esperaba.

Para el tercer año que empecé con la universidad volví a caer en depresión, sentía que algo estaba haciendo mal y el peso de la muerte de Thomas empezó a recaer en mi más que nunca.

Quería sentirme mejor así que tuve una idea, espere a que llegara mi madre para hablar con ella.

Estaba en la cocina cenando cereal cuando mi madre llegó, se sentó a mi lado con una sonrisa, venia de recoger a Dani de su práctica.

—¿Cómo estás cariño? —preguntó besando mi frente, había estado muy preocupada con mí.

—Bien, pero necesito hablar contigo —pedí serio.

Daniel nos miró confundido.

—Dan por qué no subes y nada de andar espiando eh —sonrió mi madre.

—Si mamá —contestó molesto, él subió y nos quedamos los dos a solas.

—¿Qué pasa Matti? —preguntó tomando mi mano.

—Tengo que ir a Australia —asegure.

—Matti ya lo hablamos, sé que necesitas tiempo otra vez pero apartarte de nosotros no es la opción —me dijo mi madre.

—No lo entiendes mamá, yo necesito ir —exclamé.

—Ir no es una necesidad —dijo mi madre riendo.

—Mamá... un día antes de que Tommy muriera me contó algo sobre su madre... él quería que su madre biológica supiera que tuvo una buena vida... sé que él está muerto pero él quería decírselo... se suponía que lo haría terminando la preparatoria así que es lo que quiero hacer... es lo menos que puedo hacer por él —explique con dolor.

—Está bien hijo —aceptó con una sonrisa— hablaré con tus padres.

Subí a mi habitación que también era la de Dani, él estaba en su cama haciendo tarea.

No es otra historia de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora