Capitulo 16

92 19 0
                                    

Como me habían expulsado por mi pelea mi padre había decidido la maravillosa ideas de que fuera con el al trabajo.

No me mal entiendan de pequeño me gustaba la idea de ser bombero, pero eso fue mucho antes de que nos abandonara.

Ahora no me gustaba ir a ninguna estación de bomberos, en la escuela cuando nos querían llevar a los bomberos siempre decía que me sentía mal o inventaba algún pretexto para no ir, sin embargo ahora era diferente.

Mi papá me llevo a la fuerza, el lugar es muy bonito no puedo decir que no pero pasar un día con él es lo que no soporto.

Al llegar me presento con sus compañeros, todos eran hombres y las únicas mujeres que habían eran las paramédicos.

Mi padre por suerte se puso a trabajar y no me hizo mucho caso, lo cual me beneficio mucho.

Me puse a dar vueltas por todo el lugar hasta que me dio hambre y fui donde estaba la cocina, la mayoría estaba afuera dando un recorrido a los niños pequeños.

Solo estaba un muchacho como de la edad de mi hermano preparando la comida.

—¿Tu eres bombero? —pregunté incrédulo.

—Candidato, en un par de semanas estaré en el equipo —contestó animado.

—No eres un poco joven para ser bombero —cuestione.

—Bueno tengo veinticinco en realidad, pero soy muy bueno en lo que hago —me sonrió.

—Y no te da miedo salir y que algo salga mal, ya sabes morir en un edificio en llamas —dije algo nervioso

—Bueno si lo pones desde ese punto de vista es aterrador, pero es lo que se hace no —su entusiasmo era pegajoso.

—¿Te da miedo cuando estas adentro? —pregunté algo incómodo.

—Desde el momento en el que la alarma suena estoy aterrado, pero al entrar al edificio no hay momento para pensar, solo haces lo que tengas que hacer sin pensarlo de más —me explicó.

—¿Por que lo haces? —pregunté por fin.

—Bueno mi padre quería que fuera abogado pero yo quería salvar vidas, así que bueno ahora soy bombero —contestó abrumado.

—¡Pudiste ser doctor! —exclamé confundido.

—Tal vez, pero sacar a alguien de un edificio no cualquiera lo hace, además con tu padre de jefe que puede salir mal —lo que me dijo me sorprendió.

—¿Mi padre? —exprese confundido.

—Es muy bueno en su trabajo, jamás a perdido a nadie —aseguró.

—Será bueno en su trabajo pero como padre no —me queje.

—Algunas personas son buenas en algo y pésimas en otra —lo disculpó.

—Tal vez —suspire.

Después de platicar con él sobre temas sin importancia comimos, la alarma sonó y mi padre me dejo en la estación.

Creyó que tal vez si iba seria un estorbo para él, no hice mucho solo me quede ahí viendo los autobuses, las insignias en la pared de personas que habían muerto en un incendio.

También jugué con rock el perro de la estación, y no, no es un dálmata, tampoco va con ellos a los incendios, en realidad solo es un perro que abandonaron y lo cuidaron en la estación.

Es muy lindo y proteja la estación, mi papá salió dos veces más y todas me quede en la estación.

Era bastante aburrido así que decidí dormirme, mi padre me despertó cuando llegó y nos fuimos a casa.

En el camino no dije nada pero él se esforzaba por hacer platica.

—¿Te gustó la estación? —preguntó nervioso.

—Si, es linda —conteste sin mirarle.

—Tu todavía quieres ser bombero —sonrió recordando.

—Desde los seis deje de querer ser bombero —confesé incómodo.

—Oh de acuerdo —comentó desanimando.

Nos quedamos en silencio por un momento.

—Padre —lo llame.

—Si Matt —contestó.

—¿Qué pasó con mi perro? —pregunté triste.

—¿¡Qué!? —exclamó.

—El día después de la pelea te llevaste a mi perro...

—Pensé que ya no te acordabas —confesó— yo lo vendí.

—Me acuerdo de todo —afirme reclinando el asiento del coche para dormir.

Cuando desperté ya era de noche y seguía en el coche solo que con una cobija, supongo que mi hermano trato de despertarme pero no pudo así que me tapo con una cobija.

Salí del auto hecho taquito en la cobija, estaba helando.

Entré a la casa pero no había nadie, fui a mi recámara para encontrarme con mi hermano, estaba dormido.

Todavía traía su uniforme del hospital, tenía un mensaje de Bea.

"mañana a las tres en mi casa "

No entendía para que pero aún así iría.

No es otra historia de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora