Capitulo 35

49 15 0
                                    

—Tienes que comer Matti —pidió mi hermano desesperado.

—No tengo hambre —conteste.

—Al menos puedes verme —exclamó él pues le estaba dando la espalda.

—No quiero —me negué.

—Matt ya pasó un mes, necesitas salir de la cama, necesitas volver a la escuela, necesitas comer y darte una ducha por favor —gritó abrumado.

—Déjame en paz —chille.

Él se sentó a mi lado y me obligó a verlo.

—Sé que perdiste a tu mejor amigo pero yo no puedo perderte me entiendes —dijo triste— tus amigos vinieron...

—Yo no tengo amigos —interrumpí cansado.

—Los tienes Matt, no por que hayas perdido a Thomas significa que hayas perdido a todos —exclamó.

—Solo me importa él —conteste.

Él se sentó a mi lado y bajo la cabeza.

—Matt esa noche... la noche del accidente... sentí que te perdía hermano —empezó a contar— cuando llegaste estabas en shock, tal vez no lo entiendas pero yo si... tu corazón no estaba latiendo, no estabas respirando y te estabas desangrando internamente...

—Derek —lo llame pues no quería seguir escuchándolo.

—Estaba aterrado Matt, el simple hecho de perderte yo... te estoy perdiendo Matti... en este momento lo estoy haciendo, si no quieres hablar conmigo está bien pero habla con alguien.

Suspire cansado, me giré para darle la espalda de nuevo.

—No quiero ver a nadie —exclamé.

—Bien pero al menos puedes comer —pidió pero mi silencio lo dijo todo— Matt si no comes te tendrán que poner una sonda —amenazo.

Suspire abrumado.

—No tengo hambre —repetí.

Mi hermano salió molesto pero eso no me importó.

Por las noches lo escuchaba hablar con mi doctor pero nunca acaba de escuchar las conversaciones por qué me quedaba dormido, no tenía hambre y siempre tenía sueño.

Mi padre al menos me dejaba quedar en casa y casi nunca me molestaba pero empezaba a preocuparse por mí.

Esa mañana mi hermano me obligó a comer y por obligarme me refería a que me pusieron la sonda, me advirtió que si no empezaba a cuidarme me internaría en el hospital.

Traer la sonda era muy incomodo pues me daba comezón.

Esa tarde mi hermano llegó.

—Tienes visitas —aviso.

—No veré a nadie —conteste cortante pues seguía molesto con el por lo de la sonda.

—No te pregunte te avise —contestó, trataba de ser rudo.

Él abrió la puerta y entró Tyler, el chico se veía un poco más alto.

Mi hermano salió y me dejo con él.

—Viejo apestas —expresó riendo.

—Hola Ty —salude desanimado.

—Supe lo de Thomas —dijo triste— te podría decir que lo siento pero eso no hará que te sientas mejor.

—Tu sí lo entiendes —conteste mirándole.

—Tu hermano me contó todo —dijo Tyler.

—Cada quien lo lleva a su manera —exclamé.

—No Matt tú te estás compadeciendo de ti mismo, te dieron otra oportunidad, algo que ni a Ben ni a Thomas se les dio, pudiste haber muerto pero no, así que deja de comportarte como un idiota —exclamó molesto.

No es otra historia de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora