La aldea Kohda (parte 2)

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Nahás dudó en su respuesta.

—Pues... nadie —titubeó—, nadie me mandó. Yo vine solo —al no recibir respuesta de la criatura, añadió—. Ella fue capturada en los territorios del bosque Jasín y yo vine a rescatarla de los hombres que se la llevaron.

La criatura se le quedó mirando con extrañeza, pero luego comenzó a reír.

—¡Qué ocurrencias tienes, muchacho!... ¿Tú has venido a rescatar a un humano?... ¿tu?... ¿un reptil?

—Si. Ella es... —Nahás titubeó otra vez— es mi amiga.

El reptil se levantó de su asiento enojado, cambió su semblante y dijo:

—Mira pequeño reptil. Yo soy Ma-nóm, el dueño de estas tierras, el gobernante de la aldea Kohda y pronto he de expandir mis dominios en cuanto estos salvajes aprendan los principios básicos de la guerra. Por lo cual, si no quieres que te mate en este momento por insolente, te recomiendo que dejes de burlarte de mí y me digas de una vez por todas, quién te envió. Fue Zarón ¿verdad?

Nahás, confundido por lo que Ma-nóm decía, se apresuró a responder elevando su voz, más por nerviosismos que por valentía

—¡¿Dónde está la soldado Brial?!... si no me dices dónde está...

—¡¿Qué cosa?! —replicó Ma-nóm— ¿Si no te digo dónde está ¡Qué!?... ¿Me vas a matar? No seas ridículo.

Ma-nóm se movió de su sitio y se acercó a otro tronco que simulaba una mesa. Estaba llena de carne podrida, pedazos de becerros, ovejas, venados, pájaros. Tomó una vasija con agua y comenzó a beber. Prosiguió hablando:

—No sé quién eres,pero me impresiona tu valentía. No sé si eres ignorante o muy tenaz, pero sinduda no sabes distinguir entre una pelea que puedes ganar y una en la que notienes el mínimo de posibilidades.

Nahás guardó silencio por un momento y contestó:

—Yo sólo vine por la Kalos Brial y luego me iré.

—Eres terco, muchacho. Ya te hubiera matado sino es porque eres de mi raza. Pero me llama mucho la atención que tengas una amistad con la Kalos —con la vasija todavía en su mano, comenzó a caminar con pasos lentos hacia Nahás sin temor alguno por la espada que empuñaba—, pues todos los soldados del ejército de la Plata tienen como principal objetivo matarnos.

Ma-nóm notó el cambio del semblante de Nahás.

—Ellos, los soldados, Keios, Kalos y demás rangos absurdos que se han inventado los hombres —y que luego voy a explicar—, tienen la encomienda de cazar y matar a todos los reptiles que encuentren. Se me hace raro que digas que es tu amiga —Ma-nóm comenzó a rodear a Nahás, mientras éste lo seguía inmóvil con la mirada—. Creo con firmeza que te engañó ¿Te dijo que volvería con otros como ella?

El reino de Plata. Los tres reinos de AmnaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora