Los Kalos de Rafet (parte 2)

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Cuando Brial llegó a la oficina del Keios, los otros Kalos: Kano y Ludgo, ya estaban sentados frente a su escritorio. Kank, al verla, se levantó, la abrazó y le señaló la silla en la que se debía sentar. Él nunca había ocultado su cariño por Brial pues había conocido a su padre Arauna y la había visto crecer.

El Keios Kank era un hombre cuya edad era de 60 años, ya su cabeza presentaba canas. Tenía barba y bigotes abundantes. A pesar de su edad, se mantenía en forma, así como todos los miembros del ejército. Su complexión delgada, su espalda ancha y sus ojos color café oscuros. Tenía el aspecto afable, de un hombre con un carácter sencillo, un abuelo que no se enoja con facilidad.

Kano Garrod, tiene cejas pobladas, sin barba y bigote. Sus ojos negros, siempre tienen una mirada analítica. Es muy serio y disciplinado, mantiene su ceño fruncido. Valora la lealtad, el valor, el sacrificio, la verdad y la justicia.

Tenía 34 años. Su cabello era negro y corto, aunque siempre parecía estar despeinado. Era un experto en el uso de la espada mediana y nadie le había ganado en un combate, ni aún en entrenamiento. También usaba el arco y las espadas pesadas y manejaba mejor que el promedio a su argog Shar-acs. Siempre vestía el uniforme y no usaba otro artículo salvo aquello que el ejército le proporcionaba. Era claro que su vida estaba dedicada al ejército de Plata a niveles sectarios, era la razón por la que había escalado tan alto.

Sus defectos más evidentes eran que, en el ejercicio de sus funciones no tenía limitantes a fin de llevar a cabo su objetivo, siempre que no implicara la muerte de un ser humano. Podía quemar una aldea si fuera necesario para encontrar a un reptil. Era mal visto por el resto del ejército pues desprendía un aire de soberbia al hablar, aunque sus soldados lo defendían, diciendo que tenía un buen corazón. Síndrome de Estocolmo le llaman en la tierra. No tenía amigos, pues se caracterizaba por ser intransigente.

Cuando Brial fue elevada al rango de Kalos, Kano pensó que lo había obtenido por influencias de Kank. Sin embargo, Brial demostró su inteligencia, capacidades de inspección del terreno, estrategias para mover sus escuadrones y muchas otras características logísticas. Entonces Kano entendió que Brial era, a pesar de su carácter afable, una militar superior.

Trató de acercarse a ella sentimentalmente, pero no mostró interés alguno. Él entendió que no había ninguna oportunidad y se olvidó de ese asunto. Nunca se sintió despreciado, pues tampoco él le declaró sus intenciones. Tampoco se le ha conocido alguna pareja, pues por sus ideales, nunca tomaría a una mujer que no fuera parte del ejército.

Ludgo era un hombre delgado, pero sin masa muscular como Kano. Tenía 26 años. Su cabello era castaño, que combinaban con sus ojos café claros. Su liderazgo sobrio siempre fue su mejor característica.

Así como Brial, prevenía de una familia que había servido al ejército de Plata por varias generaciones. Por tratarse del menor de ocho hermanos, nadie pensó que llegaría tan lejos. Su elección como Kalos no fue tan polémica como la de Brial porque demostró mucha inteligencia y habilidad en combate.

Por alguna razón, siempre fue menospreciado por el Keios Kank, quien se hacía acompañar de Brial y Kano. A Ludgo parecía no importarle, él encontró en su familia su refugio, pues estaba casado con Lamira, la hija del Juez Ducin.

El hecho que haya cortejado a la hija del Juez fue sorpresivo para todos, pues nunca demostró ser ambicioso, tampoco era guapo ni muy famoso entre las mujeres. "Simpáticos" le llaman a ese tipo de hombres. Lo que sí era del conocimiento de todos, es que no se hacía acompañar de ninguna mujer antes o después de casarse, pues temía ser tentado. Se unió con Lamira delante de la Luz y tuvieron un hijo llamado Lasul. Era muy reservado sobre su vida personal, aunque cada vez que alguien le decía que era muy serio, su esposa reclamaba diciendo: "porque no lo conocen", haciendo inferir que cuando estaba en confianza tenía una conducta más relajada.

El reino de Plata. Los tres reinos de AmnaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora