Estimados Keios:
Como es de su conocimiento, el dominio de Rafet es el que más presencia de reptiles tiene, pues comparte frontera con los lugares desérticos del Norte y del Este, los cuales no han sido conquistados por el reino de Plata, ni su ejército.
Últimamente hemos observado un aumento en la presencia de reptiles que caen de las nubes, así como ha ocurrido también en sus dominios. Pero debido a ciertos acontecimientos ocurridos en Rafet Oriental y en Sinn, bajo el resguardo del honorable Keios Relján, me he tomado la libertad de escribirles esta carta para advertirles.
Hace cinco años apareció un reptil llamado Zarri, que era grande y poderoso, se trató de una situación anómala. Sin embargo, otra vez presenciamos la aparición de otros dos grandes reptiles que ocasionaron la corrupción de poblaciones humanas enteras y el coste de muchas vidas.
Por lo anterior, y esperando no se tome como una intromisión en las funciones que a ustedes les compete, les extiendo mi apoyo necesario para atender cualquier eventualidad real o potencial sobre la presencia de algún reptil que supere en capacidades al promedio.
Recordando la dignidad que se nos ha dado de parte del Hombre de Plata y del Karuno Sandro, que es su representante, les deseo que la Luz les prospere en todas sus empresas. Aprovecho a recordarles mi amistad sincera.
Con afecto,
Kank, Keios de Rafet Oriental.
Estas cartas fueron enviadas cuatro días después que Kank y su mermado ejército regresaran a Rafet. De los 115 soldados de Rafet que fueron a Sinn, sólo regresaron 34. A pesar de esto, Kank no se desalentó, sino que conforme a la disciplina y compromiso que lo llevó a escalar hasta ser un Keios, decidió apoyar a los demás dominios, pues en Rafet tenía el mayor número de soldados, argogs y equipos.
Nahás se había vuelto muy querido en el ejército, pero como no le era permitido darle un rango de autoridad, Kank decidió ponerlo a trabajar en la limpieza y éste obedeció sin problemas. El Keios pensaba que los hombres estarían más cómodos con el reptil siempre que este se mantuviera en una posición inferior. Además, demostraría su carácter verdadero, pues muchos aún no creían que un reptil fuera servicial. Todos los demás reptiles, no importando el color, tamaño o región en la que cayeran, eran violentos, como si odiaran a los hombres de manera natural.
Si bien no se le podía dar un uniforme, se le otorgó a Nahás un pantalón que se ajustaba a sus extremidades inferiores, amarrándose en sus pantorrillas sin cubrirle las garras de sus pies. También se le dio una camisa blanca, sin mangas, aunque no la usó, pues se sentía cómodo utilizando la capa de viajero, que tenía una capucha.
Luego de unas semanas, Kano fue traído a la ciudad de Ratae para que se recuperara completamente. A pesar de su incapacidad mantuvo el mando de sus escuadrones a través de sus Kios, a quienes reunía todos los días y les daba instrucciones. Los soldados a su cargo no estaban en Faelt, donde estaba el cuartel de Kank, sino que él tenía su puesto de vigilancia principal en Ratae, la ciudad del Suroeste de Rafet y otros cuarteles más en los alrededores.
Brial tenía su principal puesto en Leafe, la ciudad que había evitado cuando regresaba con Nahás desde Kohda. Ludgo Atendía a Folter y Gumayo, aunque esta ciudad tenía muy clara su función, que era mantener los puestos de vigilancia sobre los ríos Serpiente del Norte y Sabín, que eran frontera con los lugares desiertos.
Luego de enviar las cartas, pasó un mes para que Kank recibiera una respuesta del Keios Esporón de Dogo, el dominio en el extremo Sur. Este le informaba que llevaba casi año y medio tratando de localizar a un reptil que se ocultaba en un bosque. Y aunque no esperaba que Kank moviera tropas hasta Dogo (pues estaba muy lejos) sí le iba a agradecer que enviara a un Kalos que tuviera la experiencia aprendida en los casos que mencionaba en su carta.
Tanto Brial como Kano eran las opciones correctas, pues ambos eran Kalos que habían estado inmiscuidos en los asuntos con Zarri y As-Milba, además que ambos eran expertos en el manejo de sus argogs. Pero debido a sus heridas, le iba a ser imposible considerar a Kano, así que decidió enviar a Brial, a Ludgo y dos argogs más.
Kank reunió a ambos Kalos. Brial le recordó que ella no había derrotado a ninguno de los tres reptiles que había comentado en su carta. El primero, Zarri, había sido asesinado por Kano; mientras que los dos últimos habían sido eliminados por Nahás.
Kank entendió que Brial quería a llevar a Nahás, no solo por el aprecio que le tenía sino porque era muy efectivo en estas situaciones. Ludgo dijo que él no tendría problema de explicar a Esporón la situación y si Nahás no era aceptado entonces lo mantendría alejado de la misión.
—Pensé que lo de Sinn era la prueba —reclamó Brial sin ser irrespetuosa—. Bueno, ya la pasó. También el Karuno tiene conocimiento de él ¿cuál sería el problema?
El Keios se quedó pensativo.
—Lo que sucede es que Dogo está muy retirado —Kank abrió un mapa de Amna en donde se veían todos sus dominios—, y para llegar es necesario que crucen por Ligal. El Keios Bak tiene a muchos argogs cuidando su territorio. Además, necesito pasar necesariamente por At-Kiri, la capital de este dominio, pues necesito llevarle una espada un obsequio, una espada.
Ludgo entendió la situación.
—Entonces no sólo tendría que explicar la presencia de Nahás a un Keios, sino a dos.
—Así es —respondió Kank—. Yo creo que Esporón sí va a aceptar a Nahás siempre que se le mande un mensajero antes, explicándole todo lo que sucedió. Pero Bak no es tan condescendiente con los reptiles. Temo que uno de sus vigías los vea desde el aire y los asaetee antes que pongan un pie sobre su dominio.
—Para llegar a At-Kiri se requieren dos días y medio de vuelo —comentó Brial—. En la segunda noche nos quedaremos en las afueras de la ciudad de At-Rikón y desde ahí enviaremos un emisario que llegue antes que nosotros.
—Es buena idea —dijo el Keios—. Además, así no romperían la regla de sobre-esforzar a los animales domésticos, como los argogs, tal y como lo enseñó la vidente Joilda.
Ludgo y Brial se quedaron mirando, era raro que el Keios citara a los videntes, pero no dijeron nada.
—Pero ya lo tengo decidido —siguió hablando el Keios Kank, como si se le hubiera ocurrido una mejor idea—. Para evitar malos entendidos, voy a acompañarlos —Pues sí, era una buena idea—. Pero como tengo que pasar por la ciudad de Ratea y supervisar unos asuntos que Kano no puede atender, entonces ustedes se van a adelantar, con la medida de enviar el mensajero antes, como lo platicamos —ni tan buena, después de todo.
Así acordaron en llevar a Nahás a Ligal pero enviando por delante una carta en la que, con la letra de Kank, le explicaría al Keios Bak la presencia de un reptil en su equipo. Luego Kank llegaría para platicar con él, en caso que hubiera algún problema. Repetirían el mismo proceso con Esporón en Dogo.
Brial dejó a cargo a Dana, la cual se sintió aliviada de no tener que acompañarla otra vez. La Kies estaba acostumbrada a la seguridad que le daba estar sobre un argog, pero no a estar cerca de la muerte. Nahás no era el único que había salido diferente de aquella montaña... y no olvidemos la pierna de Kano.
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El reino de Plata. Los tres reinos de Amna
FantasíaLa función principal del ejército de Plata es acabar con los reptiles que caen desde las nubes. Estos seres extraños son malvados por naturaleza e implacables en violencia. La Kalos Brial halla a un reptil de color azul llamado Nahás que no tiene m...