Cap. 17

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Cristóbal asintió sintiendo una lanza ser clavada en su corazón, después miró de nuevo a la papelera, sin ver por ninguna parte un condón, cosa que lo molestó aún más, haciéndole salir de allí cerrando de un portazo invadido por la furia. Volvió a su coche, que en realidad seguía siendo de Martín, y condujo hasta la oficina. Al llegar todos estaban recogiendo para irse.

— Por fin vuelves... nos íbamos a ir a comer a un restaurante cercano. Mario dijo que se quedaba a ver unos informes ­— dijo Manuel entrando al ascensor mientras Cristóbal salía y se quedaba mirando a Eloy, quien portaba una sonrisa asquerosamente superior y burlona, como sabiendo que le había dado justo en un punto débil.

Eloy dió un paso hacia Cristóbal y este aprovechó para hablar en bajo.

— Eres despreciable, hacerle esto a tu pareja... —

— Como tú has dicho... Es mi pareja, no la tuya, así que deja de meterte en los asuntos que no te incumben —

Cristóbal lo apartó y se dirigió a todo el grupo.

— Lo siento, pero me quedaré para ponerme al día con las normas y demás —

— Perfecto — dijo el Beta pulsando el botón de la planta cero.

Cristóbal vio el ascensor cerrarse y hasta que no lo hizo por completo ambos Alphas no cortaron el contacto visual. En el ascensor se habían ido Manuel, Jesús, Lea y Eloy, por lo que al llegar a los escritorios estaba únicamente Mario con dos cajas de comida que había parecido esconder.

— Lea nos ha dejado la dirección con la localización en el despacho del Capitán —

— ¿Cómo ha entrado ahí? ¿No se supone que está bajo llave cuando se cierra? —

— Martín me dio una copia a mí, y cuando todos estaban distraídos le abrí la puerta a Lea —

— Buen trabajo — dijo revolviendo su cabello de forma amistosa.

— Haciendo eso me recuerdas a Martín, incluso con el pelo corto en la milicia me hacía eso cuando hacía algo bien, y al final se volvió una manía — dijo riéndose.

Cristóbal no dijo nada, ni siquiera rio. El tema Martín era ahora mismo muy doloroso para él, así que solo entraron en el despacho y cerraron las cortinas para que nadie los viera. Cristóbal se sentó en el sillón de Martín, sintiendo su aroma por todas partes, y aunque casi nulo, todavía era suficiente para estimularlo y recordar lo tonto que había sido en el hospital.

Mario se sentó frente a él con su caja de comida china, viendo como Cristóbal veía el ordenador viendo los archivos y buscando la ubicación que había dejado Lea.

— Aquí está — dijo sacándole una foto al edificio y borrando el archivo por completo.

Después miró a la persona que estaba en la imagen, y los resultados habían sido buenos, ya que por reconocimiento facial había salido una coincidencia con el criminal que había sido acusado varias veces por fraude y supuesto secuestro, pero como nunca había habido pruebas concluyentes y pesadas no habían podido atraparle.

— Deberíamos decirle a Manuel — dijo Mario.

— No podemos —

— Hacer esto solo nosotros, es peligroso, imagínate que nos pillan, podrían matarnos y supieran que somos de la policía. Además, podríamos meternos en un buen lío —

— ¿Qué es lo que deberíais contarle a Manuel? — preguntó Rogers entrando al despacho y cerrando la puerta tras de sí con tranquilidad dando un susto a los dos Alphas jóvenes.

Quiero Volver ContigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora