Cap. 5

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Salió de la carpeta para mirar las otras.

— Ya que no podemos hablar con su mejor amigo hasta mañana, dejaremos su chat para mañana. Pasemos al del Alpha que le gusta — dijo clicando en su carpeta.

Todos estaban pendientes de la pantalla mientras Martín lo miraba en el ordenador.

— ¿Veis algo interesante? —

— No se ven discusiones a simple vista —

— ¿Cuál es la última vez que hablaron? —

Martín bajó la barra de conversación hasta el último día de conversación.

— Hace dos noches que no hablan. El último mensaje es un:

"¿Cuando nos vamos a volver a ver?"
Enviado a las 21:29
Visto a las 21:37

"No nos vamos a volver a vernos"
Enviado a las 21:38
Visto a las 21:39

"¿Por qué? ¿Acaso ya no te gusto?"
Enviado a las 21:49
Visto a las 21:51

"Exacto, no me gustan los Alphas que se pasan de listos. 

No sabía cómo decírtelo, pero oye, ya lo sabes, no estoy interesada en ti"
Enviado a las 22:01
Visto a las a las 22:02

"¡No puedes hacerme esto!"
Enviado a las 22:02
Visto a las 22:17

"¡¡Lisa!!"
Enviado a las 22:20
Visto a las 22:46

"¡Te arrepentirás por esto!"
Enviado a las 22:48
Visto a las 23:00

"Este chat fue bloqueado"

— Vaya — dijo Lea — creo que ya tenemos a nuestro hombre —

— Aún no sabemos si es violador o asesino — comentó Martín — pero aun así tenemos que ir a hacerle una visita. Busquen su dirección, iremos ahora antes de la cena — dijo mirando su reloj — al final todo esto se va a complicar —Mientras ellos buscaban información y apagaban el ordenador, Martín fue a visitar a las celdas a su sospechoso. Al llegar a las celdas, el Alpha estaba durmiendo tirado en el suelo, con una cortada en el labio y un hematoma en la misma zona.

— ¿Primer día aquí y ya te estás peleando? — le preguntó apoyándose sobre las barras.

El pareció reaccionar ante su voz y lo vio abrir los ojos lentamente, para después incorporarse y hacer estiramientos de cuello.

— Solo hay una cama medio decente aquí, pero el vagabundo me ha ganado —

Asintió mirando, como en efecto, el vagabundo que estaba allí arrestado por un robo sin heridos, estaba tumbado plácidamente sobre la "cama", la cual en realidad era un banco de madera, pero a estas horas hacía de cama perfectamente.

— Quería hablar contigo —

— No respondo sin mi abogado delante —

— Solo te quiero hacer una pregunta, nada más —

— ¿Si la respondo que me das? —

— ¿Qué quieres? No puedo darte ni la libertad ni una cama, así que piensa otra cosa —

— Otro sándwich, el de antes estaba rico —

— Hecho — le dijo estrechándose la mano — ¿Qué hacías antes en la casa de Lisa? No tenías llaves y aun así entraste —

Quiero Volver ContigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora