Cap. 30

25 4 1
                                        

Mario y Marcos subieron al coche del Alpha y fueron hasta la ubicación mandada. Pronto se dieron cuenta de que se trataba del edifico de servicios sociales, donde se encargaban del trámite de los niños que querían ser adoptados y estaban en casa de acogidas.

Mario y Marcos entraron gracias a sus pases como policía, había varios periodistas afuera, así que había que ir identificados para que no hubiera ninguna equivocación o filtración en la prensa de datos importantes o secretos al público. Localizaron a Roger hablando con el jefe de seguridad del edifico, así que se acercaron para ver si podían enterarse de que había ocurrido.

— Chicos... —

— Hola jefe, ¿Qué ocurre? —

— Ha habido un tiroteo en una de las plantas del edificio, en concreto en la de registro infantil y adopción. Sabéis lo que significa eso, ¿no? — preguntó alzando una ceja.

— Sí, pero ¿Por qué hay tanto jaleo? —

— Hay varios heridos y tres muertos, entre ellos estaba la Alpha que fue a visitar a Martín para la custodia de Bryan. Cuando lo rescatamos en la casa de acogida lo trasladamos a una casa no registrada para ocultarlo allí hasta que Martín estuviera mejor y pudiera hablar con el niño. Martín es el único que puede hablar con él, con el resto es muy tímido y no habla — Mario y Marcos se miraron entre ellos con cara de no saber que hacer — A todo esto, ¿Dónde está? —

— Pues verá jefe... Martín está... — empezó a hablar Marcos antes de ser interrumpido por Eloy, quien parecido por sus espaldas de sorpresa.

— Martín está... — repitió con una sonrisa.

— ¿Qué haces aquí? — preguntó Mario con desagrado.

— He venido porque he escuchado por la radio que había habido un tiroteo, y como había muertos había pensado que Martín estaría aquí. ¿Todavía no ha llegado? —

— ¿Todavía no le has encontrado? Y luego te haces llamar su novio, si ni siquiera sabes dónde está — dijo Marcos cruzándose de brazos.

— Tal vez esté huyendo de ti, y por eso no lo encuentras — dijo Mario con burla mandando la indirecta.

Roger los miró con la ceja alzada y prefirió no comentar nada ni entrometerse, tan solo ver cómo iba la conversación y por qué ramas se tiraría. Vio a Eloy sonreír de forma forzada y vio que ese ataque le había llegado hasta el alma de cierta forma.

— Lo siento Eloy — intervino antes de que se atase una guerra de miradas y feromonas — pero de momento no le hemos visto, ¿Ya has ido a su casa? —

— Sí, pero no contesta al móvil —

— A nosotros tampoco nos le coge, hemos oído que se ha escapado del hospital — intervino Mario fingiendo.

— Sí, al parecer le dieron el alta sin comentárselo a nadie y se fue sin decir nada, no sé su paradero y estoy algo preocupado, ya que está en las primeras etapas del embarazo y si hace alguna locura podría perjudicar a la adhesión del feto en sus paredes uterinas — dijo con total convicción y un tono de preocupación.

Roger sonrió y le palmeo el hombro.

— Si le vemos, te llamaremos enseguida, pero no puedes estar aquí, así que tienes que esperar fuera —

— Muchas gracias — dijo colocándose la corbata, y tras hacer una pequeña despedida irse.

Roger lo vio marchar, y tras echar un vistazo a su alrededor y ver que no había nadie cerca, se acercó a sus subordinados seriamente.

— ¿Dónde está Martín? —

— No hagas preguntas y solo escucha — le pidió Marcos obteniendo una respuesta afirmativa para empezar a hablar rápido — Martín está en casa de Mario, con Cristóbal, no está embarazo y como resultado le ha llegado su celo; claro, ahora están en la casa de él haciéndolo como conejos. No hemos querido separarlos porque Cristóbal nos rompería en dos y ahora Mario se está quedando conmigo a dormir —dijo de forma rápida y simplificada, pero en tono bajo para no ser escuchado por terceras personas que podrían escuchar y chismorrear sobre ellos.

Quiero Volver ContigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora