— Martín... ¿Qué haces fuera de la habitación? —
— Yo... Bueno, ya que hoy me iban a dar de alta... Pensé que igual ya podía salir de la habitación y... Venir a tomar algo rico —
El doctor alzó una ceja, había un suave aroma diferente en él de lo habitual. Vio al Omega desviar la mirada mientras esté localizaba los bocadillos del escaparate de la cafetería.
— Bueno, supongo que puedo hacer una pequeña excepción ya que te vas dentro de poco. Pero si vas a comer de aquí, llévalo a tu habitación para que otros pacientes no te vean y quieran también cambiar su dieta de hospital por la de cafetería — dijo mirando a los lados para ver si había algún paciente allí presente.
Martín asintió con energía y fue hacia el mostrador, y cuando el doctor le dió la espalda salió corriendo en dirección contraria, hacia la salida de atrás. Abrió abruptamente la puerta sorprendiendo a los enfermeros que allí fumaban su cigarrillo y miró hacia el suelo, buscando con la mirada el arma que antes se le había caído en el momento de calentón y había dejado ahí tirado debido a los síntomas del celo de habían acechado sobre su cuerpo y lo habían llevado al límite.
Se mordió la lengua por no gritar y montar un alboroto ahí. Había perdido la única prueba con la que habría podido conseguir algo de información sobre cómo iba el caso. Había sido apartado de forma abrupta y quién se suponía que quería ser su amante no quería decirle nada de nada. Era frustrante hasta el punto de querer enfadarse con ese Alpha imbécil.
Volvió a entrar al edificio y corrió a la escena del crimen que había sido cerrada. Habían restringido el acceso a la planta para que no hubiera mirones, también habían empezado a llamar a varias enfermeras y enfermeros que habían estado de guardia esa noche y estaban revisando las cámaras de seguridad para ver si había alguna figura sospechosa. Obviamente no podía identificarse como el capitán de una unidad ya que no tenía ni placa ni uniforme a la vista. Podía llamar a Rogers, pero este les informaría sobre su estado de baja debido a sus heridas, dejándole de lado y sin la posibilidad otra vez de poder enterarse de algo mediante alguno de esos agentes que cooperaban de forma secundaria en la investigación; además, tampoco podía colarse ahí y mirar las pruebas o no siquiera podía asomarse a ver cómo iba todo...
Volvió a su habitación abatido por la situación y sacó de su pantalón la caja de supresores guardándola bajo la almohada, después cogió la caja de bombones y volvió a comer de ellos, omitiendo escoger los de licor, ya que le parecían amargos, y aunque el líquido solo, en un vaso pequeño, con un hielo, fuera apetecible en una noche entre amigos, la mezcla de sabores en la que el chocolate acababa siendo de cierto modo amargo, no le gustaba mucho.
Las horas se pasaron algo rápido y tras la hora de la comida y un chequeo rápido, el doctor le dió la carta verde para poder irse, así que con una sonrisa Martín recogió sus cosas y se largó. No quería pensaba avisar a nadie de que había sido de alta, en todo caso a Mario, quién además de hermano pequeño, ahora mismo tenía a su perro en casa. Cogió su móvil y lo marcó mientras cogía un taxi y le decía la dirección del Alpha joven.— Dime — respondieron en la otra línea.
— Estoy saliendo del hospital, me han dado de alta, me quedaré en tu casa a cenar hoy como dijimos —
— Vale, ¿Quieres que le diga a Cristóbal? —
— No, no lo hagas, y tampoco le digas que estoy en tu casa —
— Okey, tenías una copia de mi llave, ¿No? —
— Si, lo único que mis llaves deben estar en mi casa. Cuando ingresé Cristóbal debió llevarse mis cosas y después solo me trajo el móvil —
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Quiero Volver Contigo
AksiyonKay se puso alerta, mirando la puerta con recelo y supo que estaba en problemas. - ¡Martín! ¡Sorpresa, estoy en casa! - Kay ladró, Martín escuchó las llaves ser posadas sobre la mesita de la entrada y vió la figura de Eloy trajeado aparecer por el s...