Martín vio a Cristóbal asentir y se relajó. Esa droga era una nueva invención que funcionaba a partir del estrés y el rechazo de la víctima de forma fatal en su cuerpo.
El Omega fue a avanzar cuando sintió un pinchazo horrible en su vientre bajo y otro en su cabeza, que le hizo caer de rodillas y llevarse las manos a ella manchándose con la sangre de Cristóbal de su manga la frente. El dolor se expandió a su estómago y allí mismo acabó vomitando quedando indefenso y débil. Cristóbal quiso cogerle en brazos, pero se adelantó el coronel, quién de dos zancadas pasó sus manos bajo los hombros de Martín para alzarle y cargarle al estilo princesa.
— Suéltame... — dijo el Omega en un gruñido fuerte.
— Si quieres verte débil frente a los niños con gusto te bajaré, si quieres mantener tu orgullo quédate quieto —
— Ya me estás quitando mi orgullo haciendo esto, por más que pierda me da igual — dijo bajándose para caminar con dificultad tras el Alpha que lo miraba con una ceja alzada peor orgulloso de las agallas del Omega.
Los niños seguían mirando con curiosidad, y Martín se encogió por dentro sabiendo cual había sido el final para muchos de sus padres. Después miró al coronel, quien había sido alguien muy cercano a él, sin creerse que había sido capaz de hacer algo tan atroz como eso.
Siguieron caminando un poco más hasta una tienda de tela blanca con una cruz en rojo: la enfermería.
— Trátalo, lo quiero sano — dijo el coronel a uno de los médicos que se acercó a mí.
Martín se resistió al tacto frío del guante de látex. Sabía cómo funcionaban las cosas allí, y antes de que lo revisaran de arriba abajo, por dentro y por fuera, prefería decir que le pasaba.
— Me tomé un supresor de Alpha llegado mi celo — avisé al doctor Beta que estaba frente a mí.
— ¿Un lavado de estómago coronel? — preguntó mirando al Alpha tras de mí.
— Lo que sea, lo quiero en buenas condiciones. No le des nada después —
— ¿Pero no íbamos a... ? —
El doctor se calló al instante tras la dura mirada del coronel y Martín quedó con la duda ante esa pregunta sin acabar.
— Ni él, ni Cristóbal, ni una larga lista están dentro del programa. Pensé que lo había dejado claro en la reunión de hace dos días —
— Lo siento coronel, no pude asistir ayer y por eso no me enteré —
El coronel asintió, miró a Martín sonriendo y fue del lado de Cristóbal, a quien le habían tratado para la nariz, y le habían inyectado algo que lo había hecho caer al suelo y empezar a vomitar metido en convulsiones.
Martín quiso acercarse, pero el doctor lo detuvo.
— No te lo recomiendo —
— Pero... —
— Si quieres salir de aquí déjame ayudarte —
Martín alzó una ceja confuso.
— ¿Como dice? —
— El Alpha de la gabardina junto con el coronel, tiene un chip grabadora de audio y vídeo. Roger me ha contactó hace unos días para que estuviera atento de tu llegada — explicó brevemente.
— ¿Roger? ¿Está bien? ¿Qué hay del resto? —
El doctor hizo una mueca de silencio y Martin comprendió que su reacción había sido demasiado. Estaba emocionado de saber de sus amigos, pero tenía que mantener la fachada.
ESTÁS LEYENDO
Quiero Volver Contigo
AksiyonKay se puso alerta, mirando la puerta con recelo y supo que estaba en problemas. - ¡Martín! ¡Sorpresa, estoy en casa! - Kay ladró, Martín escuchó las llaves ser posadas sobre la mesita de la entrada y vió la figura de Eloy trajeado aparecer por el s...