Quiero Volver Contigo

Cap. 37

Sintió su corazón doler y su vista desfallecer. Sus oídos pitaban de dolor y al levantar la cabeza vio gente entrando armados, disparando, apuntando a los doctores, al coronel... Todo estaba borroso, solo pudo ver una figura acercarse a él, acariciar su mejilla, desatarle y llamar por auxilio. Luego gruñidos enfadados, agresivos... Y después, silencio. Se vio dentro de una burbuja negra, sus pies estaban mojados y el agua negra cubría sus tobillos. Estaba desnudo, pero aun así no se quitó de levantarse del suelo y mirar a su alrededor, de asustarse cuando el agua empezó a subir, empezó a cubrir sus piernas, caderas, torso, hasta llegar a su cuello. Quería flotar, nadar; pero sus pies no se movían, parecían estar encadenados, pegados al suelo y cuando pensó que se ahogaría, cuando tomó la primera bocanada de aire que se filtró a sus pulmones fue cuando la burbuja explotó y abrió los ojos, viéndose en la camilla de un hospital, con tres personas a su alrededor conocidas y otras tres desconocidas.

Las desconocidas, al enfocar su vista, vio que eran enfermeras, que le llamaban por su nombre, alumbraban sus ojos con linternas y chiscando los dedos al lado de sus orejas para ver sus reflejos, comprobando que, en efecto, estaba despertando correctamente. Las otras tres conocidas eran Mario, Marcos y Roger, que se alegraban de que por fin despertara.

Martín se incorporó con la ayuda de las enfermeras, quienes le hicieron un chequeo y tras comprobar que estaba estable, salieron de la habitación dándoles a todos ellos privacidad.

— ¿Qué ha pasado? ¿En dónde estoy? — preguntó completamente desorientado.

— ¿Qué es lo último que recuerdas Martín? — preguntó Roger acercándose a la camilla y sentándose en la silla a la derecha de ella.

— Estaba en un laboratorio y... Veía borroso, me dolía todo y... Empecé a escuchar sonidos fuertes y luego todo estaba negro. No recuerdo más —

Roger miró a Mario y esté asintió.

— Recuerdas justo cuando entramos a rescatarte Martín, pero... Eso ha sido hace mucho tiempo Martín —

— ¿Hace mucho? ¿Cuánto exactamente? — preguntó viendo las caras de sus amigos serias.

Roger miró a Marcos y Mario, después lo miró a él mientras el Omega se impacientaba al querer saber.

— Has estado en coma por 8 meses Martín — Martín quedó en shock al escucharlo — Fuiste intoxicado con una sustancia que revertía tu forma de ser a prácticamente nada. Cuando te hicieron un chequeo tu cuerpo por dentro estaba destruido y es que al no aceptar la droga está se hacía más dañina. Podrías haber muerto —

Martín puso los ojos en blanco, y después miró a su alrededor, Cristóbal no estaba con él, pero recordaba que también había sido intoxicado como él, y no verlo allí le revolvía las tripas al ponerse en la peor situación.

— ¿Y Cristóbal? — preguntó alarmado.

— Está bien, a él le tuvieron que inducir el coma, se puso muy agresivo cuando te llevamos en la camilla del laboratorio al helicóptero que te trajo y dió problemas en su traslado porque quería venir contigo — Roger señaló a Mario, quién tenía una gran herida circular en el antebrazo derecho — Se abalanzó sobre Mario en el brazo cuando este te escoltaba y le dió un buen bocado. Al parecer el coronel le había dado la orden de no dejarte ir, y como una máquina el había hecho caso. En ese omento parecía no tener vida porque sus ojos estaban en blanco — recordó con un escalofrío — Daba miedo acercarse a él —

— El coronel... ¿Qué ha pasado con él, y con Eloy? —

— Están en la cárcel, han tenido un juicio hace unos meses, aunque siguen las discusiones judiciales y muchos procesos de evaluación y eso. Ahora tienen que investigar todos los casos que llevó Eloy ya que algunos podrían estar manipulados. Cerraron la base militar durante unos meses, pero la han vuelto a abrir con una nueva organización y nuevos puestos de mando. También han arrestado a los políticos que estaban dentro de este experimento —