꧁Capítulo 10꧂

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Respiré profundamente y nos introducimos en unos coches lujosos que nos llevarían hacia el edificio donde nos alojaríamos durante la semana de preparación así como donde entrenaríamos y estarían nuestros estilistas. Nunca pensé que vería esto desde la perspectiva de un tributo, siempre pensé que estaría en el lado del espectador. Effie nos fue guiando por el edificio mientras que Haymitch la miraba con asco y repulsión pues ella estaba totalmente emocionada por este día mientras que nosotros tres estábamos con una mezcla de tristeza y de odio.

—Nuestra planta es la doce. Es la última por lo que arriba hay una pequeña terraza donde todos los tributos pueden subir para ver las estrellas, aunque no suele haber nunca nadie. Este será vuestro hogar durante las próximas semanas, tiene grandes comodidades como podéis observar. ¡Entrad un poco más! —dijo Effie mientras que Owen y yo entrabamos y nos quedábamos perplejos por la inmensidad de la habitación.

No podía creer que fuera real lo que mis ojos estaban viendo, no entendía de donde había salido tanta riqueza, bueno si lo sabía, había salido del sacrificio de los doce distritos para que unos cuantos tuvieran lo mejor de lo mejor. Tiene una sala de estar mucho más grande que toda mi casa, un comedor a una altura mayor y al fondo una cocina con aspecto futurístico.

—Alana tu habitación esta al final del pasillo y la de Owen a la mitad del pasillo. Ahí tienen toda lo que necesiten para cambiarse—dijo Effie mientras que nos señalaba un pasillo—, La primera habitación es la mía y la que está entre las vuestras es la de Haymitch. Ahora quiero que Alana me siga para buscar a tus estilitas, luego vendré y llevare a Owen a los suyos. Sígueme querida.

Asentí levemente y miré por última vez a Haymitch mientras que este me asentía levemente para que supiera que todo iba a estar bien, Effie iba delante de mí moviendo su cuerpo con gran alegría, me fije en sus pasos e intenté memorizarlos para poder llevarlos a cabo en la entrevista. Ella se giró y sonrió al comprobar que estaba detrás de ella. Abrió la puerta y tuve que cerrar los ojos por la luz blanca del techo, escuche los gritos de unas voces con su acento típico del Capitolio así como un timbre de voz irritante.

—Nos ha tocado la muñeca del doce—grito la voz de un hombre.

—¿La muñeca del doce?—pregunté tímidamente.

—Es así como te llaman todo el mundo, has causado sensación. Tan dulce y educada... como ayudaste a un niño a subir las escaleras o como saludaste a los habitantes del Capitolio en la estación de tren—contestó la mujer.

—Ellos dos son miembros de tu equipo de preparación. Él es Flavius encargado del pelo y de las uñas, y ella Venia que se encargara de la depilación y del maquillaje. Te dejo en buenas manos... sacar a la reina que hay bajo esta princesa. Luego conocerás a tu estila.

Ambos se quedaron mirándome con una sonrisa mientras que se cruzaban de brazos y me comían con los ojos me quede parada y fue el momento adecuado para poder fijarme en ellos con más atención. Cuando mire a Flavius quise fijarme en otros detalles pero mis ojos estaban clavados en sus labios de color purpura así como en su pelo y en sus tirabuzones de color azul, del mismo tono que mi vestido.

Y Venia, esta tenía el pelo plateado con mechas de color azul eléctrico y purpura así como unos tatuajes de oro por encima de sus cejas. Venia me hizo un gesto para que me diera media vuelta y lo hice mientras que rezaba por aguantar las ganas que tenia de abofetearla.

—¿Ocurre algo?—pregunté intentando parecer lo más dulce posible pero, ambos levantaron su rostros para clavar su mirada sobre la mía.

—No tranquila. Ve a ese cambiador, desnúdate totalmente y ponte la bata que hay—dijo Flavius como si fuera lo más normal del mundo.

Ave de CristalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora