꧁Capítulo 33꧂

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Estaba acomodada en un enorme sillón rojo mientras me arreglaba, no quería ayuda de nadie en este momento. Tenía un vestido algo sencillo pero a la vez extravagante. Era llamativo pero para tanto. Tigris no habia venido por el momento y lo agradezco mucho ya que no quiero que agrega muchas cosas más al vestido, no quiero llamar la atención de los demás. Mi cabello estaba suelto con un lindo color platinado que me quedaba realmente bien, agregue algunas flores para que me viera mejor o bueno no eran flores más bien rosas. Escuche como tocaban la puerta dejando ver a Cinna quien al verme sonrió para caminar hacia mí abrazándome.

—Estas hermosa – sonrió besando mi frente – aprendiste como vestir

—Tenía que hacerlo – sonreí mirándome en el espejo

—Te traje un regalo que espero lo uses cuando sean los juego – mire como me mostraba un dibujo

—Cinna, es to es realmente asombroso – no podía dejar de mirarlo –¿Cómo puedes hacer vestidos tan hermosos? Tienes un don increíble.

—Gracias. El dibujo me lo inspiraste tú, una hermosa ave de cristal – sonreí al escuchar eso – como van las cosas con Seneca

—Demasiado bien en realidad, aunque tengo que admitir que... me está empezando a gustar un poco – él me mira sorprendido – dije un poco – ella sonríe – Al menos, te tengo aquí—comenté con una sonrisa mientras que Cinna me miraba a través del espejo, se acerco a mí y me agarro la mano con ternura.

—Conozco un poco a Finnick, pero estoy seguro de que encontrareis una solución entre los dos. Ambos tienen que poner de vuestra parte.

—Gracias Cinna pero creo que eso no funcionara, él... está con otra chica – él me da una sonrisa triste –olvidemos eso. Estoy lista. ¿Vendrás al evento?

—No, no puedo pero prometo verte en los juego

—Bueno. Espero verte ahí - sonreí

Cinna se despidió de mí para luego irse dejándome sola. Suspire mientras caminaba hacia el tocador mirándome una vez más y arreglándome el maquillaje, no quería que sea demasiado fuerte. Al finalizar me senté esperando el momento.

Me veía hermosa.

Poco a poco, los invitados fueron llegando a la fiesta, me sentía algo abrumada por todos los halagos que estaba recibiendo y por todas las personas que se acercaban a mí para pedirme una fotografía juntos. Nunca habia hecho esas cosas. Estaba deseando a que llegara Seneca para poder no tener que fingir tanto y al menos tener algo de compañía. Tigris estaba totalmente feliz, su sonrisa podía decirlo todo y me sentía agradecida de haberla encontrado. Me acerque a uno de los vestidos que llevaba un maniquí y lo acaricie con curiosidad, era de un rojo fuego que tenía unas hermosas piedras rojas que lo hacía relucir.

—Es hermoso – no podía dejar de acariciarlo – sí que tiene talento.

—¿Cómo es posible que cada día estés más hermosa?—preguntó la voz de Seneca detrás de mí, gire la cabeza y solté una pequeña sonrisa. Di un pequeño salto al sentir sus manos sobre mi cintura y su respiración en mi oído—, no te rías, es la verdad. Tengo la novia más hermosa de todo Panem.

—En eso estoy de acuerdo. Soy una diosa

Un nudo en el estómago se formó al escucharlo decir la palabra novia, pero gire la cabeza para encontrarme con su rostro y darle un beso en los labios. Note varios flashes en ese instante así como el murmullo de la fiesta aumentaba. Me di media vuelta y lo abrace con amor, podía notar que el rostro de Seneca reflejaba una felicidad que solo había visto tras nuestro primer beso y ahora. Esto es realmente confuso. Muy confuso.

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⏰ Última actualización: Jan 12, 2022 ⏰

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