Ave de Cristal

꧁Capítulo 28꧂

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—¿Quieres un azucarillo?—preguntó una voz masculina acercándose a mí.

—¿Un azucarillo?—pregunté soltando una pequeña carcajada—, ¿Quién eres? Hombre misterioso

—Soy Finnick Odair—comentó con una sonrisa seductora—, ¿Te llego mi carta?

Así que este era el famoso Finnick Odair. El que me mando el destino o mamá. Era como una leyenda viva en todo Panem. Logró ganar los Sexagésimo Quintos Juegos del Hambre cuando solo tenía catorce años, convirtiéndose en el vencedor más joven en ganar los juegos.

Era del distrito 4, por lo que es un profesional, y estaba mentalizado y preparado para lo que iba hacer. Finnick era bastante atractivo: alto, atlético, con piel bronceada y sus preciosos ojos. Al igual que yo, ambos conseguimos sin ninguna dificultad patrocinadores que nos brindaron con un número elevado de regalos. Realmente este hombre es el indicado para mí.

<<Creo que ahora entiendo eso de amor a primera vista>>8

—Me llego, gracias por tu amabilidad y el regalo—contesté tras unos minutos mientras que lo miraba con una ligera sonrisa—este anillo es lindo—levante la mano mostrando el anillo de corazón de color azul que me habia regalado—es hermoso—él me dedico una sonrisa

—¿Un azucarillo antes de nuestro baile?—pregunto Finnick mostrándome todos los dientes.

—No, gracias—dije a Finnick mientras que este se comía un terrón de azúcar. Haciéndome reír

—Vas a ser una preciosa joya para el Capitolio, ¿verdad?

—No me gustan las joyas. Me gusta más la comida y las rosas rojas.

—Entonces podrías hacer como yo: haz que te paguen con secretos. ¿Tú tienes algún secreto que entregarme? Alguno que quieras compartirme

—No—comenté soltando una pequeña sonrisa—, soy un libro abierto, al parecer todos conocen mis secretos Finnick.

—Todos tenemos secretos, Alana. Descubriré los tuyos si aceptas venir a una cita conmigo

—Puede que yo descubra tus secretos—comente con una ligera sonrisa— en cuanto a la cita, acepto pero antes me pediste un baile, ¿lo quieres ahora o después?

—Oh claro. No me perdería por nada en este mundo, tener un baile con la chica de hielo de doce.

La música acompañaba perfectamente este momento. En el distrito solo conocía un par de bailes, pero Effie se había encargado de enseñarme algunos bailes populares del Capitolio. La música es lenta y ensoñadora, así que Finnick me tomo entre sus brazos y comenzamos a movernos en un círculo sin prácticamente ningún paso.

Estuvimos en silencio durante unos minutos, mientras que notaba que varias personas nos miraban y murmuraban y otras que se animaban y bailaban con nosotros. Yo no preste atención a lo que murmuraban los demás, sino que me quede hipnotizada por los ojos de Finnick, eran realmente hermosos.

—Se lo que estás haciendo. Vas pensando que puedes lidiar con esto tú sola, pensando que tal vez no sean tan malos y después... vas a descubrir la verdad Alana. Quiero prepararte para que no le regales tus lágrimas, ellos no se lo merecen. Eres hermosa y muy independiente. Me cautivaste Alana, yo estaré para ti siempre que lo necesites.