꧁Capítulo 17꧂

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Mis manos no podían dejar de tocar el carcaj de cuchillos que me habían regalado, no podía creer que ese regalo hubiera sido para mí. Sonreí inconscientemente y me apoyé en la fría pared de cemento, me sentía agradecida por el regalo de esa persona y del objeto en sí que me había otorgado, pero ahora tenía que hacer lo más difícil. No podía estar más tiempo parada, debía de moverme para encontrar agua pues sin ella no iba a aguantar más de un par de días. Mis ojos se fueron hacia el fregadero, no iba a beber esa agua ni aunque fuera lo último que tuviera para beber.

Me levanté y guardé mi carcaj de cuchillos en mi cinturón para tenerlos a mano por si algún tributo intentaba atacarme. Mis movimientos por la ciudad comenzaron agiles y rápidos para lograr encontrar agua, pero con el paso de las horas y la perdida de la fuerza de los rayos de sol provocaron que me quedara parada para pensar y recabar la información. Desde que había pisado la arena no había encontrado ni un solo rastro de agua, salvo en el edificio. Moje mis labios con mi propia saliva y me apoye en un el tronco de un árbol seco que habia ahí.

Estaba cansada y mis piernas estaban engarrotadas y por si fuera poco el sol ha provocado que mi cabeza empiece a dolerme levemente. Respiré profundamente y continúe andando, pero en tras unos minutos sentí que debía de volver a pararme y retomar el aire. Mi desesperación aumenta a tal nivel que incluso, en mi mente, la idea de beber agua del grifo ya no parece un mal pensamiento. Levante la vista en búsqueda de una nube para saber si lloverá o no, pero el cielo esta azul completamente y no se observó ni una sola nube. Bajé la vista hacia el suelo y sonreí al ver el carcaj, si Haymitch consiguió que me regalaran un regalo tan caro ahora podría conseguirme una botella de agua. Algo que me diera tiempo para buscar agua y no morir en el intento.

—Necesito agua—dije llevando mis manos a mi cabeza y mirando hacia el cielo, levanté la voz lo más alto que me atrevo pues me asusta el mero hecho de poder encontrarme con otro tributo. Esperé unos minutos a ver un paracaídas que contenga una botella de agua o una pista de dónde encontrarla, pero no apareció nada.

Algo no va bien. Si gastaron tanto dinero en un carcaj de cuchillos, ¿Por qué no me dan ahora agua? Mi popularidad no ha podido descender tan rápido, en estos dos días no he hecho nada para que me odien o deje mi faceta de la muñeca del doce. No, no lo creo. Estoy casi segura que en el Capitolio hay alguien que quiere comprarme agua, pero Haymitch no se lo permite.

Él es mi mentor y mi padre, el controla la cantidad de regalos de los patrocinadores y ya me aviso que me ayudaría en todo momento. ¿Por qué no lo hace ahora? ¿Qué está haciendo Haymitch? La única respuesta que se viene a mi mente es que mi padre me quiere dar un mensaje y el único posible es el siguiente: No me da agua pues estoy a punto de encontrarla. Eso quiere decir que debe haber agua por aquí cerca,

Levante la vista y mostré una sonrisa victoriosa hacia el cielo. Me coloque en el centro y cerré los ojos durante unos minutos, necesitaba concentrarme en las opciones de encontrar agua y en las opciones que tenía para hacerlo. Abrí los ojos y mire a mí alrededor, me acerque a unas rocas y lo toque mientras que mostraba una sonrisa. Musgo. Si hay musgo me hizo saber que cerca hay algún estanque o lago pues hay humedad, avance entre las rocas y me mordí el labio a oler plantas acuáticas. No me acordaba del nombre de esta planta, nunca he sido de las personas que me quedara con ellas, quien siempre lo hacía era Katniss.

Avance con rapidez y a unos metros, entre unos arbustos puedo encontrar un pequeño estanque. Con rapidez saque dos botellas de agua vacías y las llene de agua, añadí unas gotas de yodo para purificarla y espere. Debía de esperar unos treinta minutos aproximadamente hasta poder beberme el agua, en la espera decidí lavarme y quitarme la suciedad de las manos. La espera es una agonía, pero saber que tengo agua me hace sentirme segura y más tranquila.

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