♧Capítulo 34♧

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Narra-___

Cinco me trajo varias bolsas de sangre, dijo que era posible que no le viera en unos días, y que por nada del mundo debía llamarle.

Estaba anocheciendo, podía escuchar a Max gritar desde su habitación, estaba jugando una partida de videojuegos con sus amigos en videollamada. Mientras tanto, yo leía un libro de vampiros, mientras bebía una bolsa de sangre tranquilamente.

Me sentía tranquila, había conseguido adaptarme, tenía un pequeño horario en mi habitación, que me decía cuando debía beber sangre. Eso hacía que mi apetito desapareciese, y podía acercarme a mi hermano sin que mi instinto de vampírico se alterara.

Tocaron el timbre, y bajé las escaleras para abrir la puerta.

-¡Señorita Bonnet! Cuánto tiempo sin verla - dijo fingiendo felicidad.

Mis ojos se abrieron como platos al ver a aquel hombre, fui retrocediendo sobre mis pasos, pero él hombre fue más rápido, y me tomó por el cuello, haciendo que no pudiera moverme.

-¡Max! ¡Max ayuda! - grité con pocas fuerzas, ya que Reginald cada vez apretaba más mi cuello, y eso me dificultaba la respiración.

-¿___? - dijo mi hermano llegando a a la entrada.

-Hola Max - dijo Reginald mientras me acercaba hacia él.

-¡SUÉLTALA! - gritó enojado.

-Oblígame.

Esas palabras hicieron que Max se acercara lleno de valor a Reginald, pero fue inútil, no consiguió nada, ya que Reginald lo empujo contra una pared haciendo que quedase inconsciente.

-¡Max! - grité intentando soltarme del agarre de Reginald.

-Ahora nos vamos de aquí - dijo Reginald tirando de mí hacia fuera de la casa.

-¡No puedo dejar a mi hermano ahí! ¡Está inconsciente! ¡POR FAVOR! ¡MAX! - dije llorando.

Pero no conseguí nada, Reginald me montó en su gran limusina, me ató de brazos y piernas, haciendo que cualquier movimiento fuera inútil para mí. Al de unos minutos, llegamos a la academia Umbrella.

Muchos fanáticos estarían emocionados por pisar aquella academia, pero en cambio, yo estaba deseando salir de allí.

Esto era un infierno para mí.

Mis únicas esperanza eran que Cinco estuviera por ahí pero al parecer estaba demasiado ocupado con otros asuntos, ni siquiera podía llamarle... la impotencia se estaba apoderando de mí.

Reginald me llevó al gran laboratorio en el que anteriormente había estado, intentaba escapar pero era imposible, estaba atada de brazos y piernas y ni siquiera podía moverme. Segundos después llegó el estúpido compañero de Reginald.

-¡Suéltenme! ¡Lo ruego! ¡Por favor! - gritaba desesperada.

-Lo siento niña, pero por desgracia para ti, esa no es nuestra intención...

Segundos después noté como ponía un trapo en mi nariz, y empecé a caer dormida poco a poco, sin saber nada de lo que harían con mi cuerpo.

Narra-Narradora

[...]

-¡Y una vez más, Número Cinco gana la misión! - gritó celebrando mientras caminaba por la calle. Caminaba hacia la casa de su novia, quería contarle su gran hazaña, estaba seguro de que ella estaría orgullosa.

Tocó el timbre varias veces, pero nadie abrió.

-¡___! ¡___, ¿estás ahí?! - nadie respondía, y eso estaba empezando a ponerse un poco sospechoso.

Sin más opción le dio una patada a la puerta, haciendo que esta se abriera de golpe. Pero lo que se encontró fue completamente inesperado, ahí estaba Max, tirado en el suelo inconsciente mientras un hilo de sangre caía de su nariz.

-¡Hey! ¡Hey, Max! - dijo mientras agitaba a su amigo para que despertase.

Por suerte para ambos, el chico fue despertando poco a poco, y cuando su vista enfocó, se fijó en el chico que tenía enfrente.

-Cinco... ¿qué día es? - dijo aún débilmente.

-15.

-¿De qué?

-Octubre...

-Mierda...

Cinco estaba confundido, sentía que algo malo sucedía, pero su amigo no terminaba de aclarar sus dudas.

-¿Y ___? - preguntó Número Cinco finalmente.

-Ese es el problema... lleva desaparecida dos días...

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Hoy tardé mucho en publicar el capítulo, lo siento JAHSJSA

Mi otra historia casi llega a los 10k de lecturas! Muchas gracias a quienes la leyeron✨💙

Gracias por leer 💙✨

~Oih~

Corazón sin latidos {Cinco y tú}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora