-¡Bienvenidos a Toronto, la ciudad de los vampiros! - gritaba mi hermano al ver que llegábamos a nuestra nueva ciudad.
-Cállate Max, solo son mitos. - respondí yo, desde el otro lado del auto.
Soy ___, ___ Bonnet. Vengo de Nueva York. Mi padre se quedó sin trabajo en Estados Unidos, por lo que no tuvimos más opción que mudarnos a la vieja casa de mis antepasados en Canadá.
Siempre odié la maldita ciudad de Toronto, calles grises, ciudadanos extraños, temperaturas bajas, el sol pocas veces se asomaba entre las nubes. Era una ciudad muy diferente a Nueva York, incluso mi hermano, quien adoraba recorrer el mundo y visitar nuevas ciudades, se sentía extraño al entrar en aquel lugar.
-¡Llegamos! - fueron las únicas palabras que dijo mi padre una vez aparcando el auto.
Miré a través de la ventana, esperando que al menos mi nuevo hogar fuese algo mejor que la ciudad.
Pero, ¡joder! ¿Acaso somos la familia Adams?
La casa era tan horrible como cualquiera de la ciudad, una casa de dos pisos, rodeada por una verja mal pintada, paredes grises y un tejado demasiado desarreglado.
-Viendo esta casa a lo mejor si te convendría empezar a creer en los vampiros - me dijo mi hermano al oído.
-Eres un idiota Max Bonnet - le respondí riendo.
Max era mi hermano mellizo, y hasta el momento, mi mejor amigo. Era quien me apoyaba en todas mis locuras, y quien siempre me defendía de los idiotas del instituto.
-Pero soy tu idiota ___ Bonnet... - me respondió - Ahora mi queridísima hermana... ¿me harías el honor de acompañarme al interior de la casa sin que los vampiros nos devoren por el camino?
Me extendió la mano y yo la acepté. Tras eso, salimos del auto, siguiendo a nuestros padres al interior de la casa.
-Bienvenidos a nuestro nuevo hogar, la antigua casa de nuestra antepasada Mary. - dijo mi madre sonriente.
Miré a Max, este tenía la misma cara que yo. Ambos pálidos, con náuseas. La casa era oscura, únicamente iluminada por candelabros. Tenía una entrada amplia, con una alfombra vieja en el suelo. Las paredes estaban cubiertas por papel de pared rojo antiguo. Algunos cuadros con retratos antiguos estaban colgados en las paredes, todos cubiertos de polvo y telas de araña.
-No se asusten, aún hay que reformarla. Mientras tanto, ¿por qué no pasamos al salón?
Y eso hicimos, pasamos a una gran habitación oscura. Tenía una chimenea, tres sofás en el centro, dos para una única persona y el del centro más grande. Las paredes no estaban vacías. Una estantería de libros ocultaba toda la pared. Y al fondo de la habitación, había una gran mesa de comedor, alargada y con un viejo mantel.
La verdad, no me sorprendió que el resto de la casa fuera tan lúgubre como el salón. Toda la casa era oscura, incluso mi nueva habitación. Tenía una cama grande y espaciosa, pero era oscura y antigua.
-¿Qué te pareció el hotel Transilvania? - dijo mi hermano sacando su lado chistoso.
Eran las 2 de la mañana, y la verdad, no tenía intención de dormir, simplemente estaba limpiando la habitación. Siempre odié las arañas, y no me gustaría vivir entre ellas.
-¡Terminé! - dije saltando de la cama.
-¡Al fin! Has estado 3 horas limpiando.
-¿Bajamos al salón?
Normalmente, cuando era de madrugada, mi hermano y yo bajábamos salón mientras mis padres dormían, y hoy, no era la excepción.
Me dejé caer en el sofá, haciendo que este soltara polvo y ambos empezáramos a toser como idiotas.
Encendí la chimenea, era lo único que daría suficiente luz, ya que los viejos candelabros apenas iluminaban la habitación.
-¿Sabes cómo murió Mary? - habló de repente mi hermano.
-¿Hablas de nuestra antepasada? - pregunté riendo.
-No tiene gracia. Leí un artículo sobre esta ciudad... Cosas extrañas están sucediendo aquí, y todo apunta a que todo comenzó con la muerte de Mary.
Lo miré a los ojos, al parecer hablaba en serio, mi sonrisa se desvaneció de inmediato.
-Cuenta... cuenta todo lo que sepas - dije intrigada.
-La señora Mary se crió aquí, desde niña tenía la costumbre de salir de la casa por la noche. Nadie sabía dónde iba, solo sus padres. Ellos eran personas extrañas, no salían de casa y mucho menos hablaban con nadie. Por lo que los ciudadanos de la ciudad, tampoco se atrevían a preguntar a donde salía la niña todos los días. Pero un día, cuando ella cumplió 23 años, no volvió.
Mucha gente dijo que la habían visto por el bosque el día anterior, por lo que algunos vecinos salieron a buscarla, pero lo que encontraron no fue algo normal. Mary estaba en el bosque, tras un árbol, revolvía las tripas de un ciervo muerto. Sus ojos estaban rojos, su boca estaba llena de sangre y su mirada perdida.Hizo una pausa.
-Aquella noche, 12 vecinos entraron a aquel bosque... y sólo uno consiguió salir. Desde entonces, diariamente morían 8 personas en la ciudad. Eso sucedió hace más de 1875 años, y a día de hoy, cada día, a la misma hora, 8 personas mueren. 3 de la tarde, nadie sabe dónde y tampoco porqué.
-Y... ¿qué sucedió con Mary? - dije con la voz temblorosa.
-Muchos vecinos juran seguir viéndola rondar por las calles.
-P-pero eso es imposible...
-Lo es, a menos que sea...
-Un vampiro... - dijimos al unísono
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¿Qué les pareció el primer capítulo?Gracias por leer!💙
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Corazón sin latidos {Cinco y tú}
FanfictionUna historia donde Toronto no es una simple ciudad de Canadá. Es una ciudad triste, oscura y sin vida. Y por desgracia, ___ debe mudarse a ella. Lo que ella menos esperaba, sería que tuviese que vivir en la vieja y tétrica casa de sus antepasados, u...