♧Capítulo 22♧

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Maratón 4/5

Narra-Cinco

Eran las 3.15 de la mañana, llegué a la entrada de la casa de ___. Estaba realmente nervioso. Cogí las llaves de Max y abrí la puerta silenciosamente.

Una vez dentro de la casa, me fijé detalladamente en las decoraciones de Mary, aquella casa era tan impresionante como tétrica.

Empecé a subir las escaleras hasta llegar a la gran puerta de la habitación de ___.

Abrí la puerta lentamente y allí estaba ella, acostada en la cama boca abajo. Me acerqué a ella y acaricié su rostro, estaba dormida.

Me sorprendió ver sus mejillas húmedas y ojos levemente hinchados, al parecer había llorado.

-Hola bonita... - dije sonriendo.

Vi como se movio incómoda y lentamente abrió los ojos. Hizo un esfuerzo para enfocar la vista, y cuando lo consiguió, se fijó en mí con el ceño fruncido.

-¿C-Cinco?

Solo sonreí y me senté a un lado de la cama.

-¿Cómo has entrado? Max se quedó a dormir a casa se Michael, y cerré la ventana...

-Tu hermano puede ser un idiota, pero te conoce demasiado, sabía que cerrarías la ventana, así que me dio... esto. - dije mostrándole las llaves de la casa.

-¿Qué haces aquí?

-¿Acaso he venido para una sesión de preguntas? De haberlo sabido podría haber traído respuestas en un papel.

Ella solo rió.

-Queria verte y volver a pedirte perd....

-No... - me interrumpió. - Soy yo la que debe disculparse. Recordé todo, sé que me estuviste cuidando todo este tiempo, que me defendiste de todo y todos, y sé que estás arrepentido.

Esta vez fui yo quien sonrió.

-También recuerdo algo que me hizo sentir muy especial... - fruncí el ceño.

Vi como ___ se iba acercando a mí lentamente, no me aparté, confiaba en ella.

Poco a poco pegó mi pecho al suyo, y tras eso, agarró mi corbata, la jaló hacia abajo, haciendo que me agachara hacia ella.

Lo siguiente que sentí fue sus labios estampándose con los míos en un beso. Y como no, yo se lo seguí.

Nos separamos por falta de aire, y me quedé mirando a ___ en shock, estaba hipnotizado, sus labios me habían fascinado.

-Te amo - dije sin pensar.

Ella rió por la forma en que lo había dicho.

-Yo también... - dijo acercándose a mí para abrazarme.

Cuando nos separamos del abrazo, le extendí las rosas que habían estado en mis brazos desde que había llegado.

-Las rosas más lindas para la chica más linda - dije sonriendo de lado.

Esta vez fue ella quien se sonrojó.

-Lindo tomate - dije coqueto.

-¡Cállate! - su risa me encantaba, no podía evitar sonreír también al escucharla.

Era la hora, necesitaba hacerlo. Era algo que llevaba tiempo queriendo hacer, y la hora había llegado.

Me acerqué a ella y tomé sus manos entre las mías.

-Tomatito... ¿Quieres ser la novia de este estúpido vampiro? ¿Quieres ser la razón por la que latería este CORAZÓN SIN LATIDOS?

Ella solo sonrió para luego abrazarme.

-Me encantaría - respondió en mi oído.

Esta vez fui yo quien la besó.

-Eres la chica más maravillosa que conozco, no sé como puedes amar a un idiota como yo.

-Ya déjense de cursilerías - dijo una voz a nuestra espalda.

-Buenas noches cuñado - saludé sarcásticamente.

-No empieces con ese humor Número Cinco. Felicidades hermana, ya podemos avisar a todos aquellos idiotas que te miran por el pasillo de que tienes novio.

___ rió, yo no entendía nada, pero ella se acercó a mí oído y susurró:

-Es muy celoso, se pone histérico a la mínima mirada que me echan cualquiera de sus amigos. Así que ten cuidado, puede matarte por la noche.

-Lo dudo - respondí orgulloso.

-Ahora si me disculpan, Michael está esperando en su casa para una partida de videojuegos.

Max salió de la habitación y yo me dirigí a ___.

-Será mejor que también me vaya, mañana es sábado y mi padre se empeña en entrenar con mis hermanos.

Me acerqué a ella y deje un dulce beso en sus labios.

-Nos vemos mañana pequeña.

Narra-___

[...]

Estaba acostada en la cama, miré la hora: 4.30 a.m., hacía una hora que se había ido Cinco y yo no había conseguido conciliar el sueño.

Miré al techo rendida, volví a voltear, y volví a ver la hora una vez más: 4.15 a.m.

Mi ceño se frunció y mis ojos se abrieron como platos, froté mis ojos, a lo mejor era solo una alucinación, pero al volver a mirar al reloj: 4.10 a.m.

Estaba confundida y agobiada.

Me levanté de la cama, necesitaba relajarme, y a lo mejor, tomar un poco de agua me vendría bien.

Mis manos temblaban levemente, sentía que algo no estaba bien, pero no sabía qué.

Tomé el agua poco a poco, mientras sentía como bajaba por mi seca garganta.

Salí al pasillo con el vaso de agua aún en mi mano. Empecé a revisar los cuadros, pero uno llamó mi atención.

Era Mary, dibujada en aquel cuadro que ocupaba un gran trozo de la pared.

Pero de pronto, los ojos empezaron a moverse.

-¿Qué mierda? - está vez estaba atemorizada, mis ojos expresaban terror y mis manos temblaban demasiado.

Miré a mi alrededor mirando al resto de los cuadros. Aquellos no se movían, pero cuando volví a fijar mi vista en él cuadro de Mary, la chica ya no estaba ahí. Solo se veía el fondo, un fondo beige, pero ni rastro de la vampira.

Empecé a correr en busca del teléfono de la casa, tenía que llamar a Cinco.

Lágrimas caían por mis mejillas, mis  mis manos temblaban cada vez más, haciendo que se me dificultara marcar el número de teléfono.

Cuando al fin lo conseguí, pulse el botón de llamar, pero alguien pasó su mano por mi hombro.

Volteé lentamente con el corazón latiéndome al mil.

-Hola ___.

"Mierda..."

Corazón sin latidos {Cinco y tú}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora