Corazón sin latidos {Cinco y tú}

♧Capítulo 11♧

Narra-___

Si aquella mujeres que intentó chupar mi sangre era Mary...Entonces mi hermano tenía razón... Mary está viva... Y quiere matarme a toda costa...

Eran las 3 de la mañana, una vez más, el insomnio se apoderó de mí, por lo que no podía dormir. Varias horas antes, escuché como mi hermano se encerraba en su habitación, preparado para dormir.

Mi oportunidad.

Si Cinco no quería contarme la verdad, la descubriría por mí misma, incluso haciendo cosas que él mismo me prohibió.

Prohibición número 1: Nada de tocar ningún libro de la biblioteca.

Bajé al salón sigilosamente. Si Mary era un vampiro y esta fue su casa, puede que el libro que encontré hace unos días, no sería el único que habría sobre ella en esta casa, y si no había un libro, probablemente habría algo por ahí que me ayudase a conocer cosas sobre ella.

Empecé a revisar todos y cada uno de los libros de aquel gran salón, hasta que uno llamó mi atención. Era un libro de tapa azul, grueso y muy gordo.  Estaba en el estante superior, por lo que intenté alcanzarlo, pero calló al suelo, haciendo que golpeara con una tabla suelta del piso.

Lo que menos esperaba, fue que al volver a fijar mi mirada en aquella gran estantería, esta estuviese moviéndose a un lado, dejándome ver un largo pasillo. No lo pensé dos veces  y empecé a caminar por él mientras me alejaba del salón de la casa. El pasillo estaba oscuro, sentía que acabaría perdida gracias a aquella oscuridad.

Pero no fue así, de pronto, una luz color roja se encendió automáticamente, dejándome ver una gran habitación.

Mi ceño se frunció levemente, estaba confundida. Tras recapacitar sobre si debía entrar o no, decidí hacerlo.

Empecé a caminar por aquella habitación mientras me fijaba en las paredes, las cuales estaban cubiertas por grandes vitrinas.

Observé todas y cada una de las vitrinas de aquella habitación. Todas contenían el mismo tipo de objetos, armas de madera. Eran dagas, arcos, flechas... Armas de todo tipo, pero sorprendentemente, todas de madera.

Llegué al final de la habitación y vi una última vitrina. En esta no había armas, sino una cruz, también de madera, y a un lado, una especie de diario.

Abrí la vitrina y cogí el diario.

[...]

"Demasiadas aventuras por hoy" pensé cuando al fin llegué a mi cuarto, acostándome en la cama con el diario en mi pecho.

"Mañana descubriré todo lo que Cinco me oculta"