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La charla continuó con las típicas preguntas de si las alas "funcionaban" o sea que si las podía usar para volar, que si las podían tocar y cosas así. Changbin no dejó que nadie tocará mis alas, más sabiendo lo sensibles que eran aún. Aunque para ser sinceros no tenía idea de si la sensibilidad en las alas sería permanente o no. Por ahora suponía que simplemente, estaba un poco demasiado sensible a los estímulos en general.

Después de la charla intensa cambiaron de tema a uno más burocrático y comenzaron a informarle a Changbin de los cambios ocurridos durante principios de mañana y finales de la noche del día anterior. La casa real estaba metiendo presión al consejo, a los nobles de grandes empresas y empresarios importantes para la nueva inclusión de las tres razas en comercio y cultura. Ciertamente me di cuenta de que estaban teniendo un grave problema de racismo en la comunidad vampira y debían ir con pies de plomo si no querían que aquello se les fuera de las manos y creara protestas. Era normal que esto pasara, y más con los vampiros, que veían al resto de personas como comida y recursos humanos. Era desagradable solo decirlo, pero la verdad es que incluso Changbin me miraba así al principio. 

La idea de la escuela mixta era un gran paso también pero igualmente peliagudo.

Lo bueno que teníamos los brujos era que nos adaptábamos muy bien a las situaciones repentinas si con ellos sacábamos algún beneficio. Pero eso no quitaba que habían algunos de nosotros que tampoco estaban contentos con como nos habían tratado los vampiros y todo este resentimiento se había agravado después de la gran separación de hace diez años. 

En cuanto a los humanos... Ellos habían sido los peor parados. Changbin debía de hacer algo al respecto, pero intuía que ya tenía algo en mente.

Estábamos hablando de eso cuando Lorena entró en la sala con unos tacones de aguja amarillos de unos diez centímetros y un vestido negro con una abertura en la falda que enseñaba la pierna derecha al caminar y marcaba su figura a la perfección, hombros al aire y el cuello decorado con un collar de escamas amarillas a juego con los tacones. Su maquillaje, aunque sutil, no pasaba desapercibido la manera en la que sus ojos atraían la mirada. Ese día se había recogido el cabello rubio en una corona de trenzas que se unían atrás con un lazo negro.

Siempre me había preguntado por qué no me atraía la vampira, cuando sin duda era una diosa encarnada.

Iba con un teléfono en la oreja y asentía seriamente mientras se dirigía a nosotros.

—Yo me encargo —dijo antes de colgar. 

—¿Qué pasa, hermana? 

—Tengo buenas noticias —respondió sonriendo—. Me acaba de llamar Chan, JeongIn y una tal Jennie tienen una nueva pista sobre el paradero de Woojin. Parece ser que han enviado invitaciones a ciertos grupos de brujos más extremistas que se oponen a unirse a nosotros. Los invitan a una fiesta esta noche a las doce en punto y prometen convencerlos de por qué esto es peligroso para ellos. JeongIn cree que es posible que Woojin haga algún movimiento esta noche.

—¿Y qué tiene que ver Jennie en todo esto? —pregunté extrañado.

—Oye... —dijo mirando mis alas—. ¿No están algo diferentes?

La pareja de Generales no pudo evitar reírse mientras que Hyunjin optó por hacer como que no había oído nada y se sirvió otra copa.

—¿Qué me perdí mientras estaba trabajando por y para el pueblo? No he cenado aún y ustedes estáis aquí pasándoslo en grande? Muy mal me parece —Le echó la bronca a los Generales, lo cual solo hizo que Jisung se abrazara el estómago apoyando la frente en el hombro de Minho—. ¡Changbin!

Pero su hermano también estaba aguantándose la risa. 

—Luego te lo explico. 

Me levanté de la silla y me acerqué a mi amiga dejando que se les pasase la risa a los otros vampiros adultamente adolescentes.

Et Sanguis Magicae ||ChangLix|| [1] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora