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Nos adentramos en el bosque para la clase. Comenzamos por una breve introducción y ejercicios de concentración antes de continuar. A Kayle se le daba genial los ejercicios de levitación, meditación y concentración. Pero cojeaba más en cuanto tenía que hacer más de dos cosas a la vez. Para ello, la clase de hoy constaba de una prueba de equilibrio mientras hacía levitar una hoja seca de un árbol cualquiera y escuchaba activamente lo que su padre le contaba.

—No he querido contarte nada de esto hasta que fueras un poco más adulta, pero Félix insiste en que lo mejor es que sepas a lo que te enfrentas.

Entonces le contó la historia de su familia y por qué son tan importantes los herederos de la casa real para la raza vampírica.

A Kayle se le caía la hoja al suelo cada cinco segundos, posteriormente comenzó a caérsele cada treinta hasta llegar al máximo de un minuto. Le dolía todo el cuerpo cuando acabamos y el sudor pelaba su frente.

Changbin terminó la historia con Kayle jadeando en el suelo y expresión fascinada.

—Wau, papá, es como si tuviéramos súper poderes.

—Yo casi lo mato cuando me enteré —dije dándole unos frutos secos que tenía en el bolsillo.

—Félix piensa que es necesario prepararte para lo que serás en un futuro.

—Es que es necesario —exclamé muy seriamente. Miré a Kayle obteniendo toda su atención—. ¿Crees que Changbin es fuerte?

—Sí.

—¿Y tu tía Celeste?

Volvió a asentir.

—¿Yo también lo soy?

—Claro que sí —rió.

—¿Y crees que esto surgió así, de la nada? Todos nosotros llevamos muchos años entrenando para llegar a ser quienes somos. Cuanto antes empieces a saber dominar tu poder, más control tendrás. El conocimiento es poder, Kayle. Cuanto más tengas, mejor sabrás llevarlo cuando llegue el momento.

—Creo que sería bueno que él hablara con ella —propuso Changbin mientras Kayle nos miraba a uno y al otro con expresión de admiración en el rostro.

Debatimos sobre ello pero en esencia creímos que sería bueno que BB hablara con ella en otra seción. Que conociera lo que él quisiera compartir, su personalidad, sus ansias de sangre, lo buenos amigos que eran carcelero y prisionero. Que esa posibilidad podía existir. Pero que también podía ser que no sucediera y por el contrario, tuviera que tener el más férreo de los controles sobre los demás miembros de su raza.

Estaba pensando en que los hechizos básicos que se les enseñaban a los niños brujos, podrían serles útil a Kayle y, aunque no tenía magia como tal en su cuerpo, quizá podría canalizar esas energías destructivas que formaban parte de lo que sería su Bestia.

El aire me trajo una sensación nauseabunda que me revolvió el estómago y me puso alerta. Me levanté de la piedra en la que nos habíamos sentado y me alejé unos metros buscando de dónde provenía esa asquerosa presencia.

¿Cómo se atrevía un demonio a pisar suelo brujo? Fuera lo que fuera lo que quisiese, ese era su último día en este mundo.

Invoqué mi vara y saqué mis alas del bolsillo mágico batiendo un viento purificador que nos rodeó a los tres.

Si lo estaba sintiendo pero no viendo eso significaba que no había adquirido cuerpo físico. Aquello sí era extraño. Golpeé la vara contra el suelo haciendo sonar su sonido tintineante y relajante que tan estridente era para los seres del infierno.

Et Sanguis Magicae ||ChangLix|| [1] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora