Et Sanguis Magicae ||ChangLix|| [1]

*62*

Dejamos a Obry en una de las sillas más alejadas y discretas de la sala mientras nosotros nos posicionábamos delante de él de manera que no lo viera nadie. JeongIn le palmeó el cabello ondulado y le dio la bienvenida con una sonrisa, entonces bajó la cabeza y asintió recibiendo la bienvenida mientras ocultaba sus lágrimas.

Debían sentirse tan impotentes...

Miré a Tory que seguía repartiendo papeles a la izquierda con la cabeza gacha y el pelo ondulado recogido en una coleta alta. Rock ya había terminado su zona y se estaba llendo a una esquina. En general los invitados a la fiesta estaban discutiendo entre ellos pero no habían conflictos.

—¿Está bien el chico? —susurró Changbin.

—Está de todo menos bien, pero he podido recuperar el flujo de su magia, así que supongo que está mejor que ninguno de los otros.

—¿Y tú? —Apreté los dientes, la rabia amenazaba con nublarme la razón—. Descarga algo del peso en mí, pajarillo. Permíteme ayudarte.

—¿Cómo lo hago? —dije al instante.

Quería saber hacerlo, quería que este vínculo se formalizara, quería que me entendiera de la misma manera que yo me entendía a mí mismo y quería que él hiciera lo mismo. Ahora, con la impotencia que sentía, el sentimiento era mayor.

—Déjame entrar —susurró antes de que sintiera la fresca brisa nocturna de su mente en el canal.

Dejé que entrara reposando parte de mi peso en su pecho mientras sentía que mi mente se aclaraba cuando Changbin se llevó parte de la rabia, frustración e impotencia que sentía al tiempo que no perdía de vista la multitud.

—Tienes que imaginar que eso que siente el otro es como una telaraña. Algo que puedes agarrar, que se estira y te puedes llevar contigo. Pero no se romperá. Al cabo de un tiempo se diluirá porque el sentimiento es tuyo, no mío. Soportaré algo de ese estado de ánimo hasta que puedas hacerlo tú o ya no te afecte.

—¿Dónde se supone que aprenden los vampiros todo esto?

Empecé a imaginarme posibilidades de como se llamaría la asignatura en el colegio de vampiros.

—En casa. Los padres lo transmiten a los hijos.

—Si tu padre fue igual de instructivo como lo fue con BB, mejor no me lo cuentes —dije recordando que su padre esperó a que su bestia estuviera completamente formada para instruirle en el peso y la responsabilidad que llevaría hasta que se muriera. ¿Cómo alguien podía ser tan irresponsable?

Oí la risa ronca de Changbin y dejó un sutil beso justo donde latía el pulso en mi cuello. Aquello hizo que se me erizara la piel desde las puntas del cabello hasta los dedos de los pies.

Pero la sangre se me congeló en las venas al oler de nuevo el ya conocido hedor de la magia del caos de Woojin antes incluso de que abriera la puerta. Rápidamente abandoné el seguro rincón que nos habíamos hecho Changbin y yo y localicé de nuevo a Tori y Rock.

—Los chicos están uno a cada lado de la multitud —informó Changbin—. Ella parece algo más lenta que él. Eso es un problema. Si necesitamos huir rápido puede que ella tenga alguna lesión que le impida correr.

¿Tori? Podía ser, pero yo no me había fijado en nada de eso...

—¿Cómo crees que tenemos que actuar? —Changbin no contestó y giré la cabeza para verlo a los ojos, tenía una ceja levantada—. Eres el que más experiencia tiene en este tipo de cosas. Nosotros somos comerciantes, joder...

Era innegable el poder militar que poseían los vampiros, así que la pregunta era obvia.

—Con los efectivos que tenemos ahora, lo ideal sería separarnos e inutilizar a los dos posibles atacantes que tiene apostalados a los lados de la multitud. Esto queda fuera de futuros planes puesto que ahora tenemos que proteger a Obry. No creo que el chico pueda levantar una hoja de papel, mucho menos defenderse si sucede algo —lo escuchaba atentamente mientras Woojin volvía a entrar a la sala y los demás terminaban sus conversaciones para prestar atención a lo que pasaba en la tarima—. Lo mejor que podemos hacer ahora es esperar hasta el último momento para atacarlo. Necesito que dos de nosotros inutilice a uno de los chicos mientras los otros dos hacen lo propio con el otro. Sé que solo son niños, pero no quiero correr riesgos hoy. Nosotros tenemos línea directa con el escenario, si corremos lo suficiente, podemos llegar hasta él y tener el respaldo de los demás. Obry quedará a salvo en cuanto inutilicemos al objetivo.