Kayle no se podía enfadar conmigo y a demás le pesaba el sentimiento de culpabilidad. Pero realmente no era su culpa todo aquello. Llevaba todo el día pensando en las palabras de Félix, su rechazo tan rotundo. Creo que lo que peor llevaba era la sensación de derrota, de rendición que oí en su voz cuando me echó de su mente. Por mera fuerza de voluntad es por lo que no había ido a verlo según se puso el sol, pero lo aceptaría. Todo el mundo me decía que le tenía que dar tiempo y a pesar de que quería dárselo, ahora que sabía lo que ese hombre era para mí, cada célula de mi cuerpo me empujaba a verlo, a tocarlo... Lo que me tranquilizaba era saber que estaba bien, que estaba con los suyos y que se había despertado.
Lo más probable es que que ahora mismo estuviera encargándose de algo del aquelarre, hablando con todos, cenando y disfrutando de su compañía. Quizá incluso averiguando el estado del niño que habíamos rescatado...
Maldición... Ni siquiera sabía qué le gustaba hacer en su tiempo libre.
Lo que llevaba peor era la sed. Esta mañana había bebido tres litros de sangre del Banco de Sangre y me había sabido tan asquerosa que me dieron arcadas pero fue necesario para aplacar este deseo irrefrenable.
Celeste estaba más preocupada de lo normal y Lorena me había traído un ansiolítico pero no podía tomar nada de eso, no cuando tenía que tener la mente despierta para la reunión a la que nos dirigimos en coche en este momento.
Tenía la mente tan embotada que me costaba concentrarme en otra cosa que no fueran los momentos vividos desde que había conocido al brujo. No paraba de pensar en cómo no me había dado cuenta antes. Revolvía dentro de mí, en ese lugar oscuro que se había callado hacía tantos años y le gritaba y le exigía explicaciones. Él lo había sabido antes que yo, él siempre lo sabía antes... Y no me lo dijo. Esperó hasta que yo mismo me estampé contra el muro de mi idiotez. Ahora mismo seguía parpadeando, aturdido por todo. Las sensaciones del despertar eran muy progresivas, no era eso por lo que me sentía así. Era el hecho de saber que le había hecho daño a Félix y él siempre había sido tan paciente conmigo, tan amable...
Minho acompañaba a Kayle a su clase con Félix y estaba ansiosa cuando salió de casa. Su beso de despedida aún me cosquilleaba en la mejilla. En estos tres días que Félix había estado durmiendo, la relación entre mi hija y yo había mejorado considerablemente pero no podía achacarme ese avance a mí mismo. Ya había notado cambios, pero el reconocer que el brujo es mi Est Liber había acelerado el proceso de resurrección de mis emociones. Hasta que no se formalizara la unión no volvería a la vida de verdad. Y aquel inicio de mis emociones de vuelta me estaba sobrepasando en ocasiones. Pero a mi hija parecía encantarle estos cambios que a mí me volvían loco.
Pronto llegamos al edificio de juntas y Jisung redujo la velocidad. Salí del coche colocándome la corona sobre la cabeza y con mi hermana al lado mientras nos dirigíamos adentro. Mi amigo fue a aparcar, nos reuniríamos dentro.
Como siempre, habían periodistas por fuera del edificio pero estaba prohibido que entraran. Aquello no era un alivio, ni mucho menos. Si el pueblo supiera la manera en la que se discutía sobre ellos en esa sala, seguramente habrían muchos cambios.
Caminamos por los pasillos hasta la gran sala con una única mesa ovalada en el centro y ocho sillas. Nosotros éramos los últimos en llegar y Jisung se acomodó al otro lado de mí justo antes de entrar a la sala de reuniones.
—¿Preparado?
—No.
Celeste suspiró.
—Solo hagamos lo que hemos venido a hacer y retirémonos, ¿vale hermano?
Asentí antes de abrir yo mismo las puertas. Los siete vampiros más poderosos del país ya estaban sentados y pararon sus conversaciones en el momento en el que atravesé las puertas, se levantaron de sus sillas casi al unísono e inclinaron las cabezas en un saludo formal a su Rey. Con aquella gente debía ser la persona más regia que podía. No entenderían otra cosa que no fuera aquello. De hecho, por eso mismo estaba hoy aquí.
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Et Sanguis Magicae ||ChangLix|| [1]
FanfictionEl Rey vampiro Seo Changbin se ha encontrado de bruces con un problema, para resolverlo ha de trabajar con sus peores enemigos, los brujos. Los brujos nunca habían necesitado de otra raza para arreglar sus asuntos. Ahora, es necesario formar una ali...