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Después de la extraña conversación íntima nos duchamos y nos fue difícil salir de la ducha ya que el agua corriendo por su cuerpo resbaladizo me hacía imposible mantener las manos alejadas de su cuerpo. Así que tardamos algo más de lo que tomaría una ducha normal. Sabía que Changbin me deseaba tanto como yo a él, sin embargo, esquivó mis manos hábilmente y, de alguna manera, logramos salir de la ducha sin tener sexo. «Debes descansar» Replicó cuando me quejé. Pero al final nos acostamos en la cama. Changbin se negó en rotundo a que durmiera en otro lugar que no fuera su cama, que era en la que me había despertado hacía unas horas.

Para el momento en el que mi cabeza tocó la funda de almohada de seda mis párpados parecieron pesar toneladas.

Estaba cargado de energía de nuevo, pero mi cuerpo necesitaba descansar. Así que cuando Changbin se colocó detrás de mí y pasó un brazo sobre mi cintura, lo dejé hacer. Estaba muy cansado y cuando me besó en la nuca apenas lo sentí.

—Descansa.

Y con eso me fui de viaje a Morfeo.

~~🦇~~

Sentía mi piel hervir y tenía mucho calor. En el sueño turbulento estaba atrapado en medio de una tormenta. Una masa de aire cálida había chocado con una fría y me había pillado a mí en el aire esa tarde. Para colmo, la urgencia de llegar a ese lugar hacía que con cada zarandeo de los vientos del norte y sur el dolor de cabeza fuera in crescendo.

A lo lejos habían nubes de tormenta, pero no era la primera vez que volaba en condiciones parecidas. Tenía que agradecer que al menos no estaba lloviendo. Aún tenía tiempo para tomar tierra. Pero el suelo estaba muchísimo más lejos que nunca. Era extraño, yo nunca volaba tan alto pero esa vez las casas eran del tamaño de un grano de arroz y no veía con mi vista de águila a las personas que usualmente paseaban tranquilamente enfrascados en sus asuntos.

La única manera de salir de ese torbellino de vientos huracanados que golpeaban mi cuerpo en todas direcciones era atravesando la tormenta a lo lejos.

Así que me esforcé en luchar contra los vientos usando los músculos fuertes de mis alas. El corazón bombeaba toda la sangre que podía y el viento me escocía en los ojos lagrimosos. Apreté los puños cuando el dolor muscular en la espalda peligró con un desgarro si seguía así. Así que cambié de táctica y dejé de luchar contra los vientos que me golpeaban. Decidí usarlos a mi favor y desde ese momento en adelante no tuve que esforzarme tanto. Sentía el ala izquierda resentida y me escocía, pero aguantaba mi peso en el aire mientras me deslizaba por los vientos en todas las direcciones del espacio. No era nada elegante, más bien parecía una polilla revoloteando cerca de una llama, pero en algún momento dejé de sentir el agobio y terror típico del peligro y comencé a disfrutar de la adrenalina del vuelo.

Las nubes de tormenta se acercaron más pronto de lo que preví y al introducirme en esa nueva espiral de peligro lo hice con la sensación de que no estaba solo, de que alguien o algo me observaba, escondido entre las nubes negras.

Había agradecido que no estaba lloviendo, pero ahora, dentro de los nubarrones negros hubiera ido de cabeza a la lluvia sin pensármelo dos veces. De un momento a otro estalló una tormenta eléctrica imprevisible. Algo raro pasaba con este nubarrón. Ya no habían vientos extraños con los que luchar. De hecho, mi cuerpo cortaba el aire a gran velocidad. Sin embargo, en una tormenta eléctrica normal, los rayos estallaban después de un aviso de unos dos o tres segundos de una sensación de electricidad estática en el aire. Pero estos rayos no avisaban y lograba esquivarlos por los pelos haciendo piruetas imposibles, pegando las alas a mi cuerpo mientras lo hacía girar o cayendo en picado para evitar frenar en seco con mi ala izquierda semi lesionada. Casi parecía que estaba en medio de una carrera de obstáculos macabra parecida a esas películas del cine de terror en el que un asesino sádico jugaba con las pobres víctimas. No me dejé impresionar y apreté los dientes cuando otro rayo estalló y casi me atraviesa el estómago. No podía permitirme el despistarme un solo segundo.

Et Sanguis Magicae ||ChangLix|| [1] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora