¡Suripanta, teibolera!
Tony Stark
Despertar al día siguiente fue la tortura más cruel que he vivido; en ese momento hubiese preferido morir. El único motivo por el que me levanté de la cama fue por el fluido asqueroso que luchaba por salir de mi cuerpo. Corrí al baño para no ensuciar nada, aunque decir "correr" es una exageración, pues prácticamente me arrastré hasta allí.Una vez llegué, el horror comenzó. Me senté en el baño sintiendo un chorro completamente líquido de mierda saliendo de mi trasero sin misericordia. Al mismo tiempo, tuve que sacar la bolsa del cesto de basura para poder vomitar. Parecía un aspersor de doble boquilla, una en la boca y otra en el ano.
—¿Tony? —escuché una voz lejana, como un susurro desde el cielo.
Reconocía la voz, sin embargo, no lograba ubicar al dueño. Fuera quien fuera, no permitiría que nadie me viese así.
—¡No entres! —logré gritar antes de seguir vomitando.
Vomité hasta que solo salía un líquido amarillo de mi boca y hasta que las arcadas se volvieron dolorosas. Lo siguiente fue muy confuso, pues recuerdo haber estado mucho tiempo en el baño, luego en la regadera y después en la cama. Aunque todo se veía extraño —como si fuera normal, pero no del todo claro—, lo viví en medio de una agonía insoportable.
Luego de un rato muy largo o muy corto volví a despertar. Lo primero en lo que reparé fue en el sentimiento de malestar y enfermedad. Me dolía todo, y respirar no era tan sencillo como debía. Logré ubicarme en el espacio y tiempo. No recordaba mucho, pero sabía lo que había sucedido: mucha droga. Lo único extraño era que no me sentía tan terrible. A pesar de los dolores acostumbrados, faltaba algo: olores desagradables, incomodidad extrema, mareo extremo.
Me moví un poco y pude darme cuenta de que me encontraba en una cama. No quería ni imaginarme qué vería al abrir los ojos. Suspiré y, finalmente, decidí mirar. Sentí un vacío en el pecho cuando la vi. La observé un momento antes de que empezara a abrir los ojos.
—Hola —susurró al verme. Sonaba aliviada. Se acomodó en la cama y comenzó a tocar mi cara, revisando mi estado—. Me diste un gran susto.
—¿Qué haces aquí? —Nunca me había sentido tan confundido, y vaya que había despertado en situaciones que lo ameritaban—. ¿Cómo...?
—Las preguntas las haré yo, ¿bien? —Se puso de pie y rodeó la cama hasta estar de mi lado. Allí tomó un trapo de una pequeña cazuela con agua, lo escurrió y luego lo puso en mi frente—. ¿Cómo te sientes? Tuviste calentura dos veces, dificultades para respirar y espasmos.
—Estoy bien —susurré, sintiéndome la peor basura humana.
—¿Tienes hambre?
—Ni un poco.
—Pop trajo caldo de verduras, dijo que te hará bien —su declaración me confundió aún más.
—¿Pop?
—No te preocupes, solo le dije que enfermaste —salió de la habitación y volvió poco después con un plato en sus manos.
—Jen...
—Tony, por favor —me interrumpió, poniendo el plato en la mesa de noche—, solo déjame ayudarte.
Asentí, pues no tenía nada coherente que decir. Ella me ayudó a comer, tomó mi temperatura y me dio medicina. No tenía idea de cómo tomar la situación, pero me sentía extraño. Estaba avergonzado y adolorido, pero al mismo tiempo la calidez con la que ella me cuidaba era realmente confortante.

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Storm Blue || Riverdale
Fiksi PenggemarPara Jen la vida no ha sido fácil, después de la muerte de su padre tuvo que vagar sola, hasta que en su camino se topó con Riverdale, un pueblo que aunque parece inocente está lleno de misterio y peligro. Su vida dió un giro, uno peligroso y quizás...