C29. "Mis porros"

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Narra Nickolas:

Caminé con molestia hacia al aula, mis pasos eran pronunciados sin embargo aun sentía los de gus tras mío, era obvio que desde hace rato había estado siguiendome hasta donde yo iba.

—Mierda, hermano... no crees que fuiste algo duro?.— río cuando me vio sentarme en la silla. Se sentó frente a mi y negó. —El jamás te había venido a traer un puto almuerzo, es raro... que le picó?.— preguntó.

—Es un imbecil... viste que mierda hizo? Su maldito intento de... sobresalir siempre ha sido así!.— solté dandole un puñetazo al mesabanco, froté mis sienes con frustración y negué. —No sabes cada vez cuanto lo odio... pareciera que... que solo sabe echarme a un lado y decir: Mierda, mirenme... soy aidan, dejen de lado a mi hermano, el no es importante como yo, MALDITO!.— gruñí levantandome de la silla.

Gracias al cielo no había nadie aun en el aula y por consecuencia solo estabamos nosotros 2 solos mientras los demás seguramente aún veían si mi gemelo estaba afuera como habían dicho.

—Eso no explica el porqué te trajo el maldito almuerzo...— lo miré serio, viré los ojos y negué.

—No te hagas, gus... tu bien sabes porqué lo hizo.— solté yendo hacia a el.

—Quisiera recordarlo porqué realmente no lo sé, no me jodas...— dijo.

Suspiré frustrado.

—Ya te lo dije, no te hagas el imbecil... no estoy para tus malditos juegos, gustavo.— le di la espalda recargando mis manos rendido en un mesabanco.

—Nickolas, realmente no sé de lo que me estás hablando... hablo en serio cuando te digo que no sé porqué esta situación está asi.— dijo posandose frente a mi, fruncí el ceño confundido.

—Te dije en los mensajes del fin de semana pasado que haría lo que me dijiste, que lo enamoraría para poder vengarme de lauren y de el... que acaso no eras tu el de los malditos mensajes?.— pregunté pero cuando se quedó callado abrí los ojos como platos y acto seguido tomé el cuello de su camiseta con furia. —Dime que no fue alguien más quien envió esos jodidos mensajes! De lo contrario voy a reventarte la puta cara en el suelo, me oiste?!.— dije zamarreandolo un poco.

El gruñó intentando separarse sin embargo apreté mas el agarre en su camiseta.

—Mierda, nick! Vas a destrozar mi maldita camisa! Sueltame y lo hablaremos mejor, carajo!.— sin más lo empujé pero no le quité la mirada de encima, el se acomodó el cuello y suspiró. —Maldito idiota, esta camiseta me la acabo de comprar ayer... vas a pagarme una nueva!.— gruñó hacia a mi.

—Quien mierda tenía tu telefono ese día, gustavo! habla!.— solté molesto.

—Nadie, si? Sabes bien que mi celular no se lo presto a nadie... si alguien llega a enterarse de la información que guardo aquí sería hombre muerto...— apreté mi mandibula.

—Entonces porqué mierda actuas como si no supieras de esos mensajes que te envié la noche en la cabaña?.— pregunté.

—Seguro andaba drogado... yo que sé!.— dijo.

—No te creo ese maldito cuento, imbecil...— lo miré serio.

—Pues tendrás que hacerlo, porqué ese día acabé con las pelotas de fuera en la piscina de marla mientras tomabamos y fumabamos los porros que mike nos consiguió ya que el gran nickolas gallagher se había largado a una experiencia de campo con su querida familia.— explicó.

Rodeé los ojos sin embargo me tranquilicé.

—Bien, pues... esa es la explicación del porqué aidan vino a traerme esa maldita comida.— me senté en el pupitre.

—En primer lugar sigo diciendo que te pasaste un poquito... pero eres nickolas así que considero una perdida de tiempo decir lo que pienso.— río. —... y en segundo como es posible que me hayas hecho caso?.— rio más fuerte haciendome fruncir el ceño.

—Tu me diste esa maldita idea...— me levanté hacia a el pero el retrocedió con rapidez poniendose tras el otro pupitre.

—Te di la idea, si!.— asintió. —Pero no pensé que la siguieras, sabes en cuantos problemas te acabas de meter?.— sonrió de lado burlón.

—Los problemas en los que me meti son lo de menos, estoy logrando mi cometido sea bueno o malo...— tomé mi mochila dispuesto a irme pero este se puso frente a mi deteniendome.

—No te alteres! necesito saber a que te refieres con eso...— dijo.

—Lo besé en el bosque ese mismo día en el que te dije que seguiría el plan...— el abrió su boca sorprendido. —El imbecil cayó como gorda en tobogán y ahora practicamente lo tengo a mis pies, tienes con eso o debo explicarte más a detalle?.— fruncí el ceño sarcástico.

—Mierda, no me digas que...— asentí.

—Si, al imbecil de mi gemelo le atraigo... ha hecho todo lo que le dije y sin mover ni un solo dedo... cree que haciendo eso va a gustarme pero está muy lejos de aquello...— gus suspiró.

—Joder, nick... esto es... es raro, yo... no pensé que tu tomaras en cuenta aquella loca idea que se me ocurrió gracias a los nervios de haberte atropellado esa tarde.— lo miré sin expresión. —Solo... ten cuidado y ya sabes, debes contarme los detalles, que has hecho hasta ahora? Tal vez pueda ayudarte con ello.— sonrió interesado.

—Tal vez si, pero por el momento prefiero abstenerme a ideas nerviosas de parte tuya.— le sonreí sarcastico mientras caminaba de vuelta a la salidad. —Nos vemos hoy a la noche si?.— solté retirandome del salón y dejándolo solo a mitad del salón.

Una vez salí de aquel jodido instituto tomé un taxi, en el transcurso de este recibí una llamada de mi padre la cual ignoré pero a los segundos volví a recibir.

Sin más que hacer tuve que contestar.

—No puedo.— contesté de inmediato, lo oí resoplar sin embargo siguió.

—Me llamó tu madre...— rodeé los ojos mientras veía la calle pasar por la ventanilla del vehiculo. —Dice que fue al set con tu hermano pero cuando iban a grabar sus escenas el desapareció, intentamos contactarlo por mensajes, llamadas y todo lo localizable posible pero no obtuvimos nada, lo has visto?.— preguntó.

—Ahora soy su maldito guardaespalda?.— pregunté sarcástico y reí.

—Nick, esto es serio... lo has visto o no?.— preguntó.

—Depende... en foto o en persona?.— pregunté jugando. El suspiró y sin más colgó. —Si, claro... igual te amo.— dije sarcástico al notar que colgó.

—Son 10 dolares.— escuché decir al hombre mientras se estacionaba frente a mi casa. Sin más le entregué un billete de 20 y bajé. —El cambio es suyo... ya sabe, por escuchar muchas estupideces durante el camino.— bromeé, este rio y agradeciendome se fue.

Acomodé mi mochila en el hombro y caminé hacia al pórtico de la puerta, al abrirla maldije por lo bajo.

—Mierda, que...?.— la pregunté quedó en el aire, olía demasiado a marihuana. Ignorando aquello subí las escaleras, al caminar hacia a mi habitación noté entreabierta mi puerta. Confuso caminé hacia a ella pero al abrirla noté a aquel idiota riendose un poco mientras fumaba mis porros.

—Maldita sea...— susurré para mi mismo desde la puerta. —Aidan...— lo llamé mientras entraba y dejaba mi mochila a un lado, me hinqué y lo observé ido. —Puta madre, aidan, que mierda?!.— el río, quité el porro de sus manos pero noté como este cerraba sus ojos para quedarse dormido. —Puta madre... se fumó todos mis jodidos porros.— dije lamentandome. Esas mierdas no eran baratas.

Ahora que mierda se suponía iba a hacer con el?. Pensé.

𝓣𝔀𝓸 𝓔𝓵𝓮𝓶𝓮𝓷𝓽𝓼 [𝓖𝓮𝓶𝓮𝓵𝓸𝓼 𝓖𝓪𝓵𝓵𝓪𝓰𝓱𝓮𝓻] 1𝓣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora