‘’Hasta el más fuerte de nosotros necesita de la fuerza de otra persona con la que alimentar la esperanza y el amor”
Su mente aun no procesaba lo sucedido. Lentamente trataba de que su corazón asimilara que; Max apareció después de tres días en completa incertidumbre >>Vino a buscarla<< No estaba enojado con ella >>Se veía muy atormentado y preocupado<< Entraron al auto de este >>Le pidió hablar<< Se disculpó con ella >>Le dijo que ella era muy valiosa para él<< De un momento a otro Max estaba nervioso >>Balbuceaba palabras incompletas<< La miro a los ojos >>Acaricio sus mejillas<< Se acercó más a ella >>Sus labios, sus respiraciones tan cerca<< El miedo se reflejaba a la perfección en sus ojos café >>Fue sincero con ella. Estaba dispuesto a intentarlo<<
La ansiedad, le llenaba su paladar…
El miedo, invadía sus ojos…
Aun así…
Reafirmo >>Por ti. Quiero intentarlo por ti<<
Una sonrisa rodeada de lágrimas se reflejaba en su rostro. Un beso intensificó la felicidad que descendía desde el fondo del corazón de Judith. Confundida. Ansiosa. Nerviosa. Sus labios se dejaban guiar por los labios del castaño. Cerró sus ojos entregándose a la oportunidad de intentarlo. La oportunidad de intentar algo nuevo, algo peligroso, algo bueno, algo malo e intentar algo extraordinario. Era claro que Judith, aun no se convencía del todo. Para ella, la presencia de Max, las palabras de este junto con sus besos, parecían y se sentía tan irreal. Era un sueño. Una alucinación. Un espejismo. Ocasionando que la mente de la joven, estuviera lejos.
Judith estaba en las nubes.
Max volteo a verla, una vez que se estaciono. Habían llegado al estacionamiento, del conjunto residencial.
‘’Judith, llegamos’’ Le dijo. Se bajo del auto y abrió la puerta del copiloto.
La joven parpadeó varias veces. Se bajo también del auto, antes que el castaño la tocara. Ya en el departamento Max se encamino hacia su recamara, cargado una pequeña bolsa. Judith lo miro extrañada dada que este se había ido sin ningún tipo de equipaje. Aun sintiéndose curiosa se mordió la lengua y se dispuso a ir en el baño. Dentro de la enorme bañera, se preguntaba que como ya se estaba haciendo costumbre ¿Dónde estaba? ¿Qué estaba haciendo? ¿Y si estaba con alguien? Un miedo hizo temblar el corazón de la ojos jade, al imaginarse solo una persona. Una mujer. >>Dafne<< Negando repetitivamente con la cabeza, hundió lo que faltaba de su cuerpo en la bañera. Judith se le estaba haciendo costumbre pensar de más. Y pensar de más cosas malas. La joven no tenía por qué dudar, o pensar cosas que no eran, ya que ahora… ella era la >>novia<< de Max.
Media hora después, la morena ya estaba bañada y vestida con un delicado camisón rosa, a la altura de sus muslos. Era corto pero muy cómodo. Con su cabello aun húmedo, Judith caminaba dando saltitos mentalmente, hacia el cuarto del castaño. Sus verdes ojos se ensancharon a la velocidad en que el color rojo se tiño en sus mejillas. Max estaba en su cuarto, con solo sus pantalones chándal. De la cintura para arriba, estaba completamente desnudo. Su musculoso torso. Sus fuertes brazos y su ancha espalda no dejaban de ser dignos de apreciar aun con las cicatrices.
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Las memorias de Max
Любовные романыAquí no hay lugar para el bien. Dos personas desdichadas que trabajan para la felicidad ajena ¿Podrán encontrar su propia felicidad?