Capitulo 23

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''Pasado, presente y futuro, el amor sigue viviendo. Futuro, presente y pasado, destruirá a quien quiera reemplazar aquel sentimiento''

Vagamente observo el vaso que tenía entre sus manos, antes de vaciarlo de un solo y profundo trago. Exactamente era su quinta botella de whisky digerida. No se molestó en encender la luz dentro de la habitación. Minutos antes el personal del hotel lo había intersectado en medio de la recepción, para decirle que el problema referente al interior de su cuarto estaba resuelto. Absorto a las palabras del empleado solo siguió caminando hacia el ascensor. Ahora dentro se dedicaba a consumir las bolsas de licor compradas, mientras se dejaba hundir en las profundidades de su oscuridad.

Se dice que al decir un secreto, el peso sobre tus hombros se va. Que gran mentira.

Decirlo o callarlo no hace la diferencia. La diferencia es el hecho de dejar de sentir alguna clase de culpa, pero en este caso no era así. La culpa seguía aún, aguardando junto a melancólicos pensamientos. ¿Qué propósito había detrás de una confesión? ¿Alivio? ¿Paz? Porque eso no existía dentro de estas cuatro paredes. Resignarse no había sido una opción, era su legado. La soledad era su único camino en medio de tanta sangre. Alguien a su lado solo sería un ataúd más, para su lista. Muerte atrae a la muerte y él era un muerto viviente. Opto por dejar de forzar sus borrosos recuerdos, dando un sonoro trago a su vaso de whisky. Un repentino estruendo hizo eco en la habitación. Lo siguiente fueron pasos. Alguien había entrado. Él sabía quién era. La voz de aquella mujer abrió una pequeña grieta en medio de sus melancólicos muros. Una pequeña grieta llena de esperanza y... desesperación.

''Me quedare contigo'' Pronuncio su deseo.

Su tono de voz fue fuerte. Sin miedo, al inminente rechazo.

Posiblemente sus neuronas no estaban funcionando correctamente. Se mostraba ante ella mil razones para no relacionarse con el complicado viudo, mas sin embargo se encontraba ahí. De pie frente a él, observándolo minuciosamente. Mientras el hombre seguía sin moverse mirando su vaso vacío, dándole la espalda.

''¿No me escuchaste? ¡Me quedare contigo!''

''¿Por qué?'' El castaño no la entendía. ¿Cómo podía ser tan irracional?

''Porque te am...''

''Por favor no digas eso'' La interrumpió molesto, mientras se levantaba de la silla. Sin ninguna intención de iniciar una nueva trifulca, dejo el vaso de vidrio sobre la mesa redonda y en medio de un suspiro se encamino hacia la joven. Su mirada tan profundamente oscura. Sus ojos cafés estaban envueltos por la noche, por el dolor, por sus memorias. ¿Cómo era posible que deseara quedarse con él? ¿Por qué? Es absurdo.

''Yo no puedo darte lo que buscas'' Seguía rechazándola.

''Lo sé'' Dio un paso al frente ''Pero no puedo evitar querer estar contigo''

La ojos jade, como un acto de valentía alargo su mano hacia el rostro del hombre. Este aún rígido permitió que la mujer lo acariciara. Ambos dieron, lentos y sigilosos pasos. Acercándose sin controlar sus emociones. Su aberrante deseo de estar el uno con el otro. Toda frialdad dentro de la habitación había desaparecido. El tacto de la mujer era casi mágico. Un suave beso sorprendió al caballero. Poco a poco fue sumergido en la fuerte voluntad del empedernido corazón de la dama.

''Sí que eres testaruda'' Suspiro sin oponerse y ocultando su inmensa felicidad.

''No subestimes a una chica enamorada'' Volvió a besarlo ''Además, no es como si no desearas, que me quedara a tu lado ¿verdad?'' Muso sonrojada.

''¿Desearlo?...'' Por unos segundos observo la expresión de la joven ''Bueno solo un poco...''

Una radiante y amplia sonrisa, ilumino el rostro de Judith.

Las memorias de Max Donde viven las historias. Descúbrelo ahora