‘’No importa lo rápido que viaje la luz, siempre se encuentra con que la oscuridad ha llegado antes y la está esperando’’
Judith termino de doblar su ropa limpia para después, guardarla en los cajones de su gavetero. Con un extraño presentimiento salió de su cuarto. Acelero su paso a la sala, donde sabía que ahí se encontraba su novio. En cuanto llego se encontró con un Max, guardando las llaves de su auto y teniendo sobre sus hombros esa misteriosa bolsa, que tanta curiosidad le daba la joven.
‘’Max ¿A dónde…’’
‘’Tengo que irme’’ La interrumpió con un tono extraño, pero vagamente familiar para Judith.
‘’¿Adonde?’’ Dijo deprisa. ‘’¿Por cuánto tiempo te vas?’’ La angustia golpeaba su pecho.
Max volteo a verla. Sus miradas en cuestión de milisegundos, se encontraron.
‘’¿Por cuánto tiempo te iras esta ves?’’ Volvió a preguntarle, pero esta vez con un tono más quebradizo. Su corazón se rompía en mil pedazos, al sospechar que por esa mujer o aun peor por cuya oscura razón desconoce pero intuye,Max volvería a irse.
Aun el castaño no le había dado las necesarias explicaciones, pero no podía evitarlo. La ansiedad y la anticipación en que su mente deducía las cosas, iba cada vez más en aumento.
‘’Yo…’’ Busco las palabras correctas. Mordió su lengua varias veces para no dejar salir su lado oscuro.
No ella. No con Judith.
‘’No lo sé’’ Hablo despacio.
Algo dentro de Judith se quebró al escucharlo.
‘’¿Pero…Volverás?’’ Sonó más una petición que una pregunta.
Una lagrima llena de dolor, se escapó de los verdes ojos de la joven.
‘’Jud…’’ Max se apresuró por envolverla entre sus brazos.
‘’No…’’ Gimoteo. Con sus débiles brazos, trataba de apartarlo. ‘’No quiero que me abraces, si será la última ves’’ Sus lágrimas fluían con más rapidez.
‘’Oh Judith…’’ La abrazo con más fuerza. ‘’Por favor no llores’’ Apresuro a sus pulgares, para que llegaran al rostro de la joven y removiera las lágrimas.
‘’Es que…’’ Volvió a gimotear. ‘’Cuando te vas, siento que no volverás. Tengo miedo de que no vuelvas. Me aterra pensar que no volverás a mi lado’’ Lloro con más fuerza.
Max inhaló fuerte. Presiono sus labios sobre los de Judith. Cerraron los ojos al unísono.
Una desesperada danza se inició entre sus bocas. Hambrientas de más. Sus lenguas anhelando quedar impregnadas con el sabor una de la otra.

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Las memorias de Max
RomanceAquí no hay lugar para el bien. Dos personas desdichadas que trabajan para la felicidad ajena ¿Podrán encontrar su propia felicidad?