Capitulo 17

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''A veces nos derrumbamos hasta tal punto que incluso la idea de la felicidad nos asusta. Los ojos del corazón se acostumbran a la oscuridad e incluso la luz más suave se vuelve cegadora''

Un suave sonido, produjo la puerta al cerrarse. Detrás del fuerte muro de madera, se encontraban dos personas entregándose, a la ansiedad, al deseo y al amor. Los fuertes brazos del hombre, no dejaban de acariciar parte de la espalda y varias veces el trasero de la joven. La mujer le respondía con gemidos llenos de placer, su cuerpo poco a poco estaba cediendo a las ardientes caricias del castaño. Entre medio de tropezones llegaron al cuarto del propietario del apartamento.


Los besos cada vez eran más exigentes. Como si estuvieran reclamándose uno al otro.


El aire que los rodeaba se tornada espeso y caliente. La ropa se volvía innecesaria, estorbosa y muy molesta. El castaño fue el primero en iniciar, botón por botón le quitaba el abrigo blanco a la morena. Sin dejar de mirarse la joven ayudaba a quitarse la sudadera del hombre, bajando lentamente el cierre de dicha prenda. Ya con el torso desnudo, la mujer no pudo evitar admirar tan varonil cuerpo. Las cicatrices ocultaban más que una simple herida, sim embargo Judith no podía titubear. Con sus dedos temblorosos bajo hacia el broche del pantalón de Max.


''Sí tu no quieres entonces...'' Tomo las pequeñas manos de la joven. Negó lentamente con la cabeza.


Judith trago en seco.


''Quiero'' Susurro. ''Yo quiero'' Reafirmo sintiendo la sangre concentrarse en sus mejillas.


Max cerró los ojos e inhalo con fuerza. Una guerra interna lo tenía debatiendo entre que si él siguiera o no.


Un beso frustrado, hizo sobresaltar a Judith. Gemidos volvieron a resonar entre las paredes de la habitación. El pantalón de Max ya se hacía en el suelo. Las fuertes manos del hombre se apoderaron de los pechos de la joven, tomándola por sorpresa por segunda vez. El rojizo se intensificaba en las mejillas de Judith. Era la primera vez que un hombre tocaba y masajeaba sus senos. Los labios de Max se sintieron en el cuello de la morena, seguido de su húmeda lengua.


Judith cerró los ojos, cayendo antes las caricias de Max. Levanto los brazos para así facilitarle la labor de su novio en desnudarla.


''Espera!'' Reacciono al instante que los dedos del castaño tocaban el broche de su sostén.


Judith dio dos pasos atrás. No estaba dudando de dar tal significativo paso, era solo sé que percato de algo. El cuerpo de la joven estaba sudoroso y no solo por el momento. La morena se le había olvidado por completo que había corrido literalmente una maratón por llegar al aeropuerto. La ojos jade quería asearse, quería quitarse el sudor de su piel, quería preparar su cuerpo.


Max había quedado en shock. Angustiado observaba a su novia. Mil explicaciones pasaban por su mente y no precisamente explicaciones buenas.


''Yo...'' Mordió su labio inferior ''Ahora vuelvo'' Aseguro nerviosa.


Max asentó con la cabeza.


Lo último que vio la joven era como su novio se sentada en el borde de la cama, antes de ella salir de la habitación.

Las memorias de Max Donde viven las historias. Descúbrelo ahora