Capítulo Dos

17 4 0
                                    

El cuerpo prestado (habia decidido llamarlo asi) no aguantaba el ejercisio. Como Alice estaba acostumbrada a correr tres horas, hacer abdominales, centadillas y además de todo eso estaba acostumbrada a no permanecer quieta. El cuerpo de Natalia era débil y no soportaba el cardio como tampoco las sentadillas y mucho menos los abdominales, solo pude correr por media hora.

Cansada me senté en el Banco y tome agua.  Mire a mi alrededor algunas mujeres me miraban y se reían, los hombres nisiguiera me miraban  y al parecer Sebastián y Cameron eran los deseados por las mujeres y los envidiados por los hombres.

Sonreí  cuando una chica se acercó a Sebastián y paso su mano por sus abdominales; mi hermanito se la tomo y no para apartarla sino deslizarla aun mas a abajo, la chica le lanzo una mirada coqueta que hablaba sin palabras.

¿quieres venir a casa conmigo?  Lo pasaremos de maravilla.

Rode los ojos, yo hacia exactamente lo mismo antes de conocer a Martín, (el maldito Martín)  a mi favor puedo decir que nunca bese a nadie mas mientras estuve con el, no quería ser infiel, por favor que estúpida fui.

Deje la botella aun lado y camine hasta recepción, no pensaba quedarme en ese  cuerpo por mucho tiempo pero mientras estuviera en él o saliera de ese sueño me mantendría en forma.

Me detuve a unos pasos y me miré de arriba abajo no tenia pinta de tener dinero y tampoco de que alguien me lo diera ¿como pagaría una inscripción?. Mire de nuevo a Sebastián y camine hacia él, tenia que saber un poco mas de Natalia, bueno, que si, que era una perra antes, pero no quería dañar a la pobre chica.  Me jure que cuando despertara seria una mejor persona con las chicas de pocos recursos y con Azucena, con mi madre, en fin, con todos.

Sebastián dejo de lado a la chica al verme llegar y me dio una sonrisa apenada, podia ver en su mirada que se arrepentia de lo que habia dicho en el carro, pero yo no perdonaba tan fácilmente, era orgullosa y eso era un gran defecto que tenía  (eso siempre lo habia sabido) pero como era mi sueño habia decidido dejar de lado por un momento mi orgullo y perdonar al sujeto que era mi "hermano" no conocía al tipo y aunque quería juzgarlo por  ser pobre o seducirlo, si, dije seducirlo, porqué el tipo estaba bueno. no podía porqué se suponía que  era mi hermano.

―¿que cuesta la inscripción? - pregunte mirando de reojo a la tipa que se lo comía  con los ojos.

―naty no tenemos dinero- lo mire a la cara, habia utilizado un tono resignado y algo avergonzado ―el mío lo pago con trabajo - entonces me dijo el precio. Para mi eso no era nada, yo tenía muchísimo dinero  y...., no, yo no tenia dinero, mi madre tenia dinero pero mi madre no estaba en mi sueño y al parecer por la cara de Sebastián eso era mucho dinero―.no puedo pagarte tu inscripción y....

―no te estoy pidiendo que lo hagas- si, bueno, puede que halla sonado un poco a la defensiva pero yo siempre habia luchado por mis cosas, no por las cosas materiales pero si por mis metas. Y si en este sueño tan irreal iba a estar en otro cuerpo pondría todo de mí para sentirme cómoda con el - al fin y al cabo era un sueño- en los sueños puedes hacer lo que se te de la gana.

―¿que te pasa Natalia? - sonaba preocupado y su mirada estaba aun mas preocupada. ¿qué me pasaba?  Nada, solo estaba viviendo un sueño loco, irreal y algo desesperante. Me encontraba en el cuerpo de una chica que no tenia idea de quien era, ademas era pobre y tantas otras cosas que aún desconocía. Pero el tipo no tenia la culpa asi como tampoco tenia la culpa Andrea.

Quise hacer una pataleta, tirarme al piso y golpearme hasta despertar- pero no lo hice- solo me senté en el banquillo de las pesas y cerré los ojos con fuerza. Realmente quería despertar de ese mal sueño.

viviendo un sueño Donde viven las historias. Descúbrelo ahora