Capitulo dieciséis

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CAMERON DE BEDUX 

Alice me observa con intensidad, observa mi cicatriz y luego mis ojos y luego la cicatriz de nuevo, las dudas se reflejan en su mirada y sus preguntas pero habían  tantas preguntas sin respuestas, tantas.

Nisiguera yo podía entender que era lo que había sucedido en un segundo está saliendo de la casa de Natalia y al siguiente sentí un dolor punzante que me recorría enteró, sentí la vida escurrir de mi cuerpo, sentí la vida desvanecerse de mis manos. No sé que sucedió , no se que pasó. Solo se que un día estába muerto y al siguiente estaba en el estacionamiento con Sebastián. Intacto con una cicatriz en mi pech deo y una Natalia que actuaba como ella nunca lo aria. Intenté buscar respuestas pero la única que me podía responder actuaba como una loca, nadie podría darme respuestas.

―valla cicatriz más fea tienes ahí- Alice me miró y se acercó a mi pecho, me miró con el deseo instalado en su mirada, ―pero aún así sigues estando jodidamente bueno.

Muy a pesar sonreí, Alice era tan distinta a Natalia. Tan diferentes. Dónde Natalia era tímida Alice era descarada, franca, astuta. Alice me atraía de una manera que era poco usual, y era su forma de ser, su forma de actuar lo que me tenía mostrándome tal cual era, porque ella , ella no me pintaria  las cosas bonitas para que fueran menos dolorosas, no, ella me arrancaría de un tirón la curita y me diría en mi cara su opinión y prefería eso. Ya había tenido suficiente en mi vida con la gente mentirosa e hipócrita.

Acaricio mi cicatriz con cuidado casi con reverencia; ―¿Cómo sucedió?

Observé su mano ir y venir de forma lenta y sin pensarlo le conté como había sucedido sin omitir nada, absolutamente nada. ―Natalia tenía depresión, solía buscar aceptación en las personas equivocadas, buscaba la constante opinión de los demas, quería cosas que sabía que no podía tener o que más difícil se le hacía conseguir para luego obsesionarse con ellas. Es muy difícil ayudar alguien que no quiere tu ayuda y que cree que está bien. Natalia intentaba ser perfecta, la hija juiciosa, la hija que acepta que su padre sea un borracho y lo deja robar, solo para que el la siga queriendo, no puedo decir como es Natalia con exactitud porque no conocía a esa chica como pensé que lo aria.

Sus manos dejan de moverse y yo dejo de hablar, la miro y es a Natalia a quien observo, es su cabello castaño el que cae por su espalda son sus ojos azules los que me observan, los mismo ojos que me apuñalaron , pero no es ella. Natalia siempre me observaba con anhelos en sus ojos, un anhelo de quiero pero no puedo tener. Ella decía que era amor pero no lo era. Era obsesión.

― leí su diario, esa chica sufría, sentia que nadie la amaba, sentía que era un estorbo, no entiendo cómo se pudo segar de esa manera- meneo la cabeza―no con la forma de Teresa de quererla de luchar por ellos, no con la forma en que Sebastián arruina su vida para que estén mejor. Tiene personas que la aman. Andrea, Teresa, Arturo, Sebastián e incluso tu , porque aún después que te apuñaló te preocupas por ella eso es ser muy noble o muy estúpido.

Afirmo porque tiene razón. ―¿Porque no moriste?

― esa es la gran pregunta

―quiero una respuesta.

― no puedo dártela, yo no lo sé -nos miramos a los ojos y ella afirma . Porque hay cosas que no tienen explicación, cosas que escapan de nuestro control ella está en el cuerpo de otra persona, creyendo que es un sueño o engañandose porque no tenemos respuesta a su pregunta.

―entonces tenemos que buscarlas. Creo que todo está relacionado. ¿Que día moriste?

― 28 de abril.

―un día antes que yo. Pero tienes perdidos tus recuerdos de ese tiempo que estuviste muerto. Tenemos que descubrir porque.

―me encanta tu vena de  detective, pero no es sencillo he intentado y no he logrado nada.

―eso es porque tienes muy poco ingenio - alejándose se sienta en la cama y cruza sus piernas, me observa  ―tenemos que buscar a Azucena. Ella entenderá.

La observe era Natalia pero no lo era, cualquiera que la observará se daría cuenta que ella no era igual, Natalia siempre tenía una mirada triste y ausente vivía soñando y cuando te miraba sus ojos lo hacían sin vida. Alice era diferente cuando te miraba lo hacía de una forma intensa y descarada, su sonrisa estaba llena de vida y tenía una energía a su alrededor que te atraía, eso la hacía diferente pero su forma de mirarme me hacía estremecer.

―se lo que significa que ella venga- me miró a los ojos y pude ver incertidumbre en su mirada, no conocia muy bien Alice pero había algo que si sabía de ella, no era una mentirosa, iba de frente yo confiaba en ella ( Alice, dice que soy un ingenuo por confiar en ella) tal vez no debería pero no habían más opciones, la vida me estaba mostrando que habían cosas que escapaban de nuestras manos y cuando la lógica no puede comprender ciertas cosas entra la magia.

―para ser sincera, que azucena es mi única opción ella puede razonar mejor que yo no me mantendrá alejada de problemas pero el problema será traerla estamos a millas de distancia y bueno....- suspiro―traerla sea de esto alto real ya no será un sueño y para serte sincera eso me aterra Cameron ¿Que si nunca salgo de este cuerpo?

―¿Tan malo sería ? - ella rueda los ojos y luego niega pero después afirma.

―tengo una vida Cameron, mi madre, mi escuela, azucena.... tengo a....- ella niega ―este cuerpo no es una opción, no lo quiero.

―¿Es por mi? - ella me mira y si, se que soy arrogante pero eso a ella le encanta.
Sonríe y me llama con su dedo, voy, porque es imposible ella es una jodida tentación es la manzana que no debo comer pero que me muero de ganas de probar, me siento a su lado y ella se sube encima de mí, me tenso; maldita sea, olvidó lo atrevida que es.

Sus manos toman mis mejillas y creo que me va a besar, entonces miro su rostro y ay está una vez el rostro de Natalia, el cuerpo de Natalia solo que no es Natalia.

―cuando te tenga y digo cuándo no te tengo será en mi cuerpo y te are ver el maldito cielo, seré tu perdición, Cameron de Bedux, cuando quiero algo Lo tengo y te quiero a ti y te tendré.

Lo que ella no sabía, es que justamente yo era así, para mi no había nada imposible, lo que quería lo obtenía , ella era mi alma gemela porque yo era exactamente igual y eso me aterraba  porque si caía por ella iba a sufrir y era lo suficientemente hombre para aceptar que Alice castillo de Macedonia sería mi ruina y caería por ella, moriría por ella, mi alma la reconoce y eso era más que suficiente.

viviendo un sueño Donde viven las historias. Descúbrelo ahora