viviendo un sueño

capítulo treinta y uno

Alice castillo de Macedonia

Mi idea de venganza era hacer algo muy malo a la persona, la idea de cameron de venganza era algo mucho más práctico. Yo quería estrangular a Natalia, hacerle ver a su familia la clase de persona que era que todos la abandonaran la idea de cameron era denunciarla a la policía y que pagara por lo que había hecho.

No me malentiendan,  creo que está bien que las personas vallan a prisión, cuando lo merecen, cuando son culpables e incluso creo que la misma prisión en si, sus ocupantes son un castigo. Pero Natalia tenía diesciete años con un buen abogado saldría sin mucho problema, dirían que estaba mal de la cabeza,( era verdad) total saldría en libertad y había hecho una promesa. Venganza y nuevo comienzo.

No quería mandar ese asunto ante la justicia porque eso solo sería un susto para ella, nada más. Había creído conocerla, de una forma creí que la conocía, había vivido un infierno su cabeza en sí era un infierno, tenía  depresión y al no ser tratada era controlada por ella, su familia no la ayudaba mucho pero a pesar de  su vulnerabilidad, de su no control con las drogas a pesar de ser un poco tonta para mí, yo creía que ella era una buena persona. Con la ayuda adecuada pudo haber salido adelante, pudo controlar su dolor y sus emociones y vivir Féliz tal vez no plenamente pero feliz y eso era mucho más que tener la vida que estaba teniendo y haciendo lo que estaba haciendo.

No quería juzgarla, de verdad que no quería pero me era casi imposible no hacerlo porque ella había hecho muchas cosas mal, apreciaba lo que había vivido en su cuerpo, incluso apreciaba a la Natalia que se sacrificaba por su madre pero esa Natalia, a Natalia la zorra la odiaba y si la juzgaba.

Así que me encontraba en una encrucijada, hacer lo correcto según la leí o hacer lo que yo creía correcto. Así que como era habitual me encontré llamando a mi voz de la razón. Azucena.

―realmente no se qué hacer, azucena, por primera vez creo que necesito que me digas que hacer- estaba angustiada, tenía esta sensación de pesadez en mis entrañas como si de mi decisión dependiera absolutamente todo mi futuro, cómo si esa decisión fuera literal de vida o muerte―tengo está sensación de inquietud dentro de mí.

―estas teniendo un presentimiento, Alice, eso no es malo muchas veces es bueno tener esa sensación porque puedes estar preparado para algo que pueda suceder. ¿Que es lo que te inquieta?

―tengo está sensación dentro de mí de que tengo que hacer lo correcto, pero la otra parte quiere vengarse azucena, quiere de una forma u otra que Natalia obtenga lo que merece.

―quieres venganza

―si, así es

Nos quedamos en silencio unos segundos, por primera vez en toda mi vida estaba pensando en hacer lo correcto, ser una persona sensata y hacer lo que nunca había hecho. Que la vida decidiera por mi.

―vale Alice, te diré esto y ya será tu quien decida que hacer y que no. ¿Esta bien?

―si.

―ayer noche cuando te fuiste tire las cartas. Tu carta del futuro está en blanco. No hay un futuro y tiene sentido con lo que me estás diciendo. Pienso que de tu decisión definirá el futuro. Mi consejo. No hagas nada, vente a casa con cameron y simplemente deja que la vida siga su curso que sea el mismo destino quién decida el futuro de Natalia, no tú, tu no tienes ese poder y mucho menos el derecho. Pero si quieres vengarte y con eso te sentirás feliz contigo misma, hazlo es tú decisión.

Dejé de caminar de un lado a otro y me senté en la cama. Ya sabía lo que tenía que hacer.

―gracias azucena