capítulo veinticuatro

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ALICE CASTILLO DE MACEDONIA

―¿Quieres que tengamos sexo?  - pregunté, coqueta con una sonrisa―no justo ahora, estoy herida pero pronto.

Cameron negó, sonriendo una de esas sonrisas que me hacia acelerar el corazón y sentir mariposas en el estómago, Cameron era precioso con esos ojos grises, sus tatuajes y su cabello negro era viva imagen de lo que una chica suele llamar chico malo, pero Cameron no era un chico malo, él no rompía corazones, rompía bragas o al menos eso esperaba.

―veo que estás mucho mejor si estás pensando en sexo,- levante mis cejas varias veces y el rio―eres de lo que no hay, de verdad, puedo ver tus pensamientos claramente en tu cara.

―¿De verdad? - intenté ser sexy, levante mi pierna desnuda y pase mi mano por mi pantorrilla hasta mi muslo y le sonreí ―¿Que estoy pensando?

―Alice, basta- pero no lo decía en serio―no soy un caballero y puedo olvidar con rapidez que estás algo adolorida y si, no gracias a mi.

Rei, con él de verdad podía ser perversa, nunca había sido tímida y utilizaba mis encantos solo para llevarme a los hombres a la cama, con él podia serlo solo por diversión. ―ven sientate a mi lado,- di palmadas a la cama ―¿Cómo está Natalia?

―la deje durmiendo, me tocó ser duro con ella- suspiro ―estoy algo cansado, apreció a esa chica pero aveces no tengo la paciencia - se sentó a mi lado y de una vez me apoye en él, sentí calidez en mi cuerpo, a salvo, acarició mi brazo de arriba abajo, era relajante.  ―si te soy sincero lo único que quiero es estar contigo, conocerte saber que te gusta, que no, ver si funcionamos. No Soy ingenuo o un romántico, se que tienes tú vida, tu pasado, sé que tienes amigos, no creo que todo valla a ser fácil.

―tienes razón, no será fácil. He dejado corazones rotos y sentimientos heridos tanto de hombres como de mujeres. Seré honesta, es una de mis mejores virtudes, no se Estar en una relación, nunca lo he estado no de verdad no sin obtener algo a cambio, placer, popularidad, dinero... en fin, me gusta mi libertad y creo que a ti también, me gusta mi espacio tener mis momentos con azucena, con mi madre, me gusta ir de fiesta y soy aventurera, me gusta viajar, hacer todo tipo de deporte, soy en pocas palabras, una mujer super especial, porque especial no me define.

El sonrió y tomo mi rostro en sus manos, deje de respirar esos ojos podían dejarme sin aliento.―no eres ordinaria, eso lo supe desde la primera vez que te lanzaste a golpear a una mujer que no conocías y eres valiente. Te prometo Alice que siempre te diré la verdad, siempre. Y aunque muy seguramente algunos días me vas a caer muy mal serán más los momentos que te amaré.

Tomé su rostro también y lo bese. Un beso lento que encendió mi cuerpo, acelero mi corazón, dejo un vacío en mi pecho, fue como caer en un abismo, la adrenalina llenando mi cuerpo, lo ame, cómo amaba la adrenalina. Lo bese con más fuerza, besando, mordiendo. Me dejó tomar el control para luego arrebatarme lo y  hacerse dueño de mis labios, de mi cuerpo. Él tenía mucho mejor autocontrol que yo porque se separó yo solo quería quitar su ropa  y devorarlo completo.

―seras mi muerte- susurró sobre mis labios ―mi dulce y aterradora muerte.

Rei y lo abrace, no era cursi eso de decir palabras cariñosas y amorosas no era lo mío, pero que él las dijera se sentía muy bien.  Me gustaba ese ambiente, pero no quería vivir en las nubes, vivir en la tierra era mucho más práctico y real, tenía que volver a ser coherente y no una sensibilera. ― ¿Que aremos a partir de aquí?

―logre conseguir una cita con una psicóloga, llamare a Sebastián tiene que saber que ocurre, él es su familia. Yo estaré a tu lado.

Me sorprendió, me sorprendí de su decisión porque solo unas horas antes pensé que la iba a elegir a ella, pero yo no conocía a Cameron y eso era algo que tenía que cambiar. ―estare unos meses por aquí. La universidad no comienza dentro de unos meses.

viviendo un sueño Donde viven las historias. Descúbrelo ahora