Alice castillo de Macedonia
Les contaré algo queridos lectores, algo que ya sabían pero que les voy a reafirmar, soy una perra. Que habia aprendido ciertas cosas, es verdad, que estaba cambiando también era verdad pero... si hay un pero todavía seguía siendo egocéntrica, frívola y perra. Quería ser buena pero hay algunas cosas en las que uno no puede ser solo una santa o poner la otra mejilla yo nunca lo hacia y no lo aria en esa ocasión. ¿de que estás hablando? Te estarás preguntando, te daré una respuesta.
Natalia.
Ella lo define todo. ¿Como podía ser buena con ella?¿Como lo hacía cuando se besaba a mi novio, intentaba matar a mi mejor amiga y por su culpa mi hermano estaba en el hospital? ¿Como se hacia? Yo era una perra y cuando se meten con mi familia soy una maldita pesadilla. Intenté ayudarla, le había tendido mi mano, había intentado ser una buena persona pero mi intentó murió en ese momento en el transcurso de la noche.
Y estaba a punto de ser una verdadera y soberana perra porque con mi familia, nadie, NADIE se metía, NUNCA.
VEINTICUATRO HORAS ANTES
El jardín de mi casa era precioso, si algo me gustaba de mi casa a parte de la piscina, el gimnasio y la biblioteca era el jardín, también me traía malos recuerdos pero había aprendido a soportar esos recuerdos, aunque habían traído horror a mi vida también me habían traído a Moisés y Moises contrarrestaba todo lo demás.
El jardín estaba rodeado de rosas rojas, blancas, rosadas y amarillas. El césped recién cortado era una acaricia para mis pies y el sonido del agua al caer de la fuente me transmitía paz. Era un lugar lleno de paz. Era hermoso. Había un picnic esperando por nosotros teníamos el dinero y los empleados y como era costumbre no hacía falta nada. Teníamos compañía y todo lo que necesitaba.
Azucena leia un libro en el suelo, moisés a su lado la escuchaba con atención, ellos eran un caso juntos tenían la mala costumbre de hacerme sacar de mis casillas. Mi madre estaba al lado de Martín riendo de algo, pude notar en sus miradas lo mucho que se querían.
―tienes una familia muy hermosa ¿Lo sabes?
―lo sé - lo miré y no pude evitar sonreir. Mis sentimientos hacia él crecían a cada momento con solo verlo, con sentirlo, con solo estar a su lado mis sentimientos crecían. No intente buscarle una razón era así y ya estaba. ―ellos son todo para mí,- el afirmo y aprete mi agarre a su mano, sus ojos encontraron los míos. ―tu te estás convirtiendo en esa parte para mí también y me asusta- reconoci―me acojona mucho.
Unió su frente a la mía y apretó mi cuello, mi piel se erizo ante su tacto, su cercanía, su olor. Lo deseaba. ―tu me aterras Alice - susurró sobre mis labios, nunca dejando mis ojos ―me aterra lo que me haces sentir. La mayoría de las personas corren ante el miedo; yo no, no tú, nosotros no corremos lo enfrentamos. Estamos juntos en ésto, confío en ti Alice.
Trague fuerte y lo bese, porque que Dios me ayudara yo confiaba en él, estaba enamorada de él, era hora de aceptarlo, enfrentarlo y vivirlo. No estaba acostumbrada al poder que sus besos ocasionaban a mi cuerpo o lo que hacía a mi corazón, como se aceleraba y detenía en un microsegundos. Sus besos tenían tal poder que todo dejaba de importar excepto él y yo.
Se aparto de mi y aunque mis pulmones lo agradecieron, lo busqué una vez más, fue él quien me detuvo.―estamos con tu familia, aunque no hay nada que quiera más que quitarte está ropa tan sexy y hacerte mía, no es el lugar, ni tampoco el momento.
Gemi y negué ―odio cuando tienes razón- el río y yo gemí más fuerte, todo él era un afrodisíaco para mí cuerpo, su risa, su cuerpo, su cara, todo, todo él. Me separé de él y volví observar a mi familia―¿Como conociste azucena ?
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viviendo un sueño
Teen FictionAlice es una chica de diecisiete años rebelde, sin pelos en la lengua, hermosa y con una autoestima digna de admirar. es la chica popular, la porrista, la novia del chico mas guapo de todo su Instituto. Ella tiene una vida perfecta pero no es perfec...