Mierda. Mierda. ¡Mierda!
Prácticamente, arrastre a Louis por los pasillos, guiándolo en contra de su voluntad. Él se quejaba y me sujetaba el brazo, a veces me enterraba las uñas, tratando de que le soltará.
No puedo. Nadie puede verte así, Louis. Sé lo importante que es tu reputación para ti, candidato a Beastar.
—¡Hey! ¿Qué carajos te sucede? Auch, auch. No me jales —se quejó, su cabeza inclinada hacia adelante mientras caminaba apresuradamente para seguirme el paso—. Joder, ¡suéltame!
—¡Quédate quieto!
—¡No! Pensé que habíamos superado esa etapa donde me querías de cena.
—Nunca te quise de cena, Louis.
—¿Ah, si? Pues, esa tarde detrás del escenario parecía lo contrario.
Lo escucho quejarse como un niño, ruedo los ojos porque lo conozco. Tres jodidos años juntos, lo conozco de sobra. Se que está sonriendo, se que se esta burlándose de mi.
—Hey, hey... Eso fue tú culpa —le respondo cuando entramos al armario de limpieza—. ¿Qué te crees molestando a alguien que te triplica el tamaño? Venado estúpido.
Él bufa, o tal vez es una risa, no lo se.
Cierro la puerta con seguro, ahora estamos solos en un espacio reducido o bueno... Soy demasiado grande.
Siento a Louis temblar bajo el tacto de mi mano que aún sujeta su brazo, al principio no entiendo porqué.
—Pero no era yo quién quería hincar los colmillos en carne de venado —refuta y mi rostro se torna rojo. Es un idiota, maldito idiota masoquista.
—Ah, para nada, señorito "Muérdeme, tengo buen sabor".
El vuelve a bufar, rueda los ojos pero hay una muy ligera sonrisa en su rostro, sus comisuras elevadas. Y vuelve a temblar. Entonces lo entiendo... Él no ve en la oscuridad. Debo admitir que, tiene mucho valor para estar encerrado a oscuras con un carnívoro de mi tamaño y seguir haciendo bromas.
Suelto su brazo y levanto la mano hacia la bombilla, tiro de la pequeña cuerda y se hace la luz. Y caigo en cuenta de otra cosa. El increíble y reducido espacio que hay aquí. Él levanta la cabeza para mirarme, frunciendo el ceño, adaptándose a la luz y su cara casi toca mi pecho...
Mi rostro arde, la sangre sube a mi cabeza. Pero no soy la única avergonzada. Él gira la cara hacía un lado y retrocede, chocando con el estante detrás de él. No vuelve a mirarme.
Y por su movimiento, suelto lo que queda de su asta izquierda. La mitad queda en mi mano, delgada y curva, brillante y con olor a miel. El trozo que permanece pegado a su cabeza es como una ramita que acaba de quebrarse.
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Not Like You | Beastars
FanfictionEs difícil ser un carnívoro. Es difícil vivir con todos los prejuicios, con toda la responsabilidad, Mako sabía eso. Pero logró conocer, durante un corto tiempo, una vida diferente, porque todo cambia entre los peones si el rey te acepta. Louis ace...