Not Like You | Beastars

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Dedicatoria: liianshi ThunderBearer

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—¿Crees que ese lobo está investigando al asesino? —Me reuní con Yoko en el campus de la escuela a la tarde siguiente, en una zona que no era tan frecuentada.

—Eso creo, sí.

Desde el regreso a clases habíamos estado progresando con nuestro plan, el cual tenía mucho que ver con la participación de los compañeros de dormitorio de Riz, sin ellos no sería posible corregirlo. Ellos decían ver avances. Pero Legoshi definitivamente no estaba en nuestros planes.

—Eso será un problema... —Hizo una mueca y se estiró en la banca, un intento de aligerar la tensión—. Agh... ¿Por qué todo tiene que ser tan complicado?...

Tomé su mano, fue algo instintivo, en cuanto tuvimos contacto fue como una suave brisa fresca. Lentamente su mano se movió con la mía y me sostenía, apoyado en mi consuelo. Nos dábamos tranquilidad mutua, no podía emocionarme por ello, sabía que se trataba de algo más instintivo que racional, la forma en que tener contacto nos reconfortaba por ser de la misma especie.

—Lo resolveremos... —Murmuré de forma baja, íntima, otorgándole consuelo—. Veremos cómo.

No era mi objetivo mantenernos así por mucho, pero cuando quise alejarme él, me detuvo. Supe que estaba angustiado, en su expresión, en la forma en la que se mantenía con los hombros caídos y una mirada triste. Entonces me acerqué a él, me apoye contra su costado, no fue algo rápido, sino como un deslizamiento lento mientras tomaba confianza. Su brazo me rodeo cuidadosamente y su mentón se apoyaba sobre mi cabeza.

Me sentí nerviosa al principio... Era una situación un poco extraña con un macho que conocí hace poco más de dos meses, pero en dicho tiempo vi gentileza en él, creo que decidí aferrarme a ello. Decidí consolarlo, era lo que intentaba, pero quizás... él me consolaba a mí.

—¿Qué haremos con el lobo? —Susurró sin romper la cercanía, sin cambiar de posición.

—Enviarlo por otra dirección.

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—Esto es una locura... Estoy loca... Muy loca.

Cada palabra salía de mi garganta temblorosa y seca, aterrada de la tontería que estaba haciendo a mitad de la madrugada. Gouhin iba a matarme si ellos no lo hacían primero, así que mejor que tuviera la razón en esto...

Frente a mí se alzaba la sede del Shishigumi, –o lo que quedaba de la organización–, totalmente imponente, causando escalofríos en mi espina dorsal y náuseas en mi estómago. La última vez que entré a ese lugar tenía un propósito, adrenalina fluyendo en mis venas y muy pocas neuronas activas por los ansiolíticos.

—Senpai, sé dónde podría encontrar a Louis.

¿Por qué, de todos los lugares en el mundo, elegiría precisamente este? Nadie lo buscaría aquí, por supuesto. Tan inesperado... Tan estúpido.

—Cuando la coneja fue secuestrada, Louis-senpai y Legoshi discutieron.

¿Qué clase de psicópata era Louis? En serio.

—Louis-senpai dijo que era un caso perdido, pero cuando nadie estaba viendo... lo siguió.

Hacerle caso a Juno no era la cosa más sensata que pude haber hecho, pero lo hice... Solo deseaba que Louis no fuera carne a la plancha todavía.