Es difícil ser un carnívoro. Es difícil vivir con todos los prejuicios, con toda la responsabilidad, Mako sabía eso. Pero logró conocer, durante un corto tiempo, una vida diferente, porque todo cambia entre los peones si el rey te acepta.
Louis ace...
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Fin del Arco I. El inicio de los cambios.
Riz se encuentra cada vez más lejos de mi, y me es imposible alcanzarlo. Cada vez que intento acercarme a él, me golpeo las narices con una brecha que no puedo cruzar.
¿Acaso yo puse la brecha?
Después de tantos buenos momentos, mi realidad se ve fragmentada y no puedo recoger los pedazos para volver a unirlos.
Él ya está muy lejos de mi.
—Es mejor así, Mako —sus palabras abrieron una herida que intente cerrar—. Continuar nuestros caminos por separado es lo mejor que podemos hacer.
¿Soy tonta, no es así? Por querer mantenerme junto a él, aún después de lo que hizo, aún después de lo que pudo haber hecho.
Me aferraba a mi cordura, y ahora se escapaba entre mis dedos.
—Lo nuestro acabó.
Podríamos arreglarlo. Podríamos volver a ser como antes.
Sanidad, regresa a mi.
Riz, no me dejes.
Pero no sale ni una palabra. Mi garganta no puede producir ni un sonido. No puedo hablar sin llorar.
Gouhin tenía razón. Estaba haciendo todo mal. ¿Este es el precio que voy a pagar?
—¡Mako!
La voz de Luis me regresa a la realidad.
Y me doy cuenta de lo que he hecho. En mi mano sólo quedan los trozos de aquella cámara que simbolizaba mi unión al club de fotografía, mi unión a Riz y a Louis.
Ya no queda nada de motivación para mi. Mi cuerpo se mueve por instinto, voy en piloto automático cuando todo va mal. Camino por los mismos pasillos todos los días, grabo las clases y Louis me las explica porque no presto atención suficiente. Porque mi cabeza está desprendida de mi cuerpo y mi fuerza lleva las de ganar.
—Lo siento... Habías comprado esa lente... —Sale de mis labios como un murmuro, demasiado suave, demasiado apacible.
—No importa. Soy rico. Te compraré otra —se acerca a mi, sus ojos brillando y su gesto tan gentil que su preocupación hace arder mi corazón—. Deberías descansar. No hay mucho que hacer hoy. Vuelve a la academia, ve a dormir.
Los preparativos del festival ya están prácticamente listos, todos han trabajado mucho, pero aún más el club de teatro; ni hablar de los tramoyistas, pobres.
Todo se ve tan fantástico... Es incluso mejor que el año anterior, se están superando y es increíble. Me encantaría felicitar a los chicos por su esfuerzo. Me encantaría decirles lo talentosos que son y lo orgullosa que estoy de ellos.
