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El altercado en la clase de Deportes envía a Bill a detención, Riz es salvado por la explicación de los estudiantes

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El altercado en la clase de Deportes envía a Bill a detención, Riz es salvado por la explicación de los estudiantes. Y gracias a Louis, a la reputación que me ha dado, me salvé de ir a detención también, por tirar de la cola al idiota gatuno.

Salgo de mi habitación, termine los deberes de mañana y adelante unos cuantos, esto me llevo lo que quedó de la tarde. El sol se ha ocultado, son las siete y media, apagan las luces a las nueve y media, dos horas después de la cena.

Recorro los pasillos con tranquilidad, algunos animales me sonríen y saludan. Louis me ha dado mucho reconocimiento aquí, tal vez de forma accidental, pero al pasar tanto tiempo conmigo, al confiar en mí, causa que otros lo hagan. Es una cadena, siguen al líder, al próximo Beastar, como dicen.

Louis sería un Beastar grandioso.

—Legoshi-kun —llamo al lobo, quien inmediatamente se gira hacia mi, su típica expresión embobada me recibe—. ¿Haz visto a Riz-kun?

—Senpai —Traga, mirándome atentamente desde abajo. Él no tiene mucha experiencia comunicativa—. Estaba en el tejado hace un rato, tal vez siga ahí. ¿Quiere que la acompañe?

—No hace falta —levanto la mano para que se tranquilice—, pero gracias.

Sigo mi camino hacia la cafetería, decido ir por unos emparedados y una manzana antes de que cierren, después de eso comienzo a subir las escaleras hacia el tejado. Cuando ya estoy arriba y siento el frío de la noche en mi pelaje, he terminado los emparedados y tiré lo que quedo de la manzana en un cesto.

Camino por el tejado, la vista desde aquí es impresionante. La academia esta alejada de la ciudad, es una institución grande y con la lejanía del bullicio hay una gran calma.
Logro divisar al oso pardo sentado cerca de la orilla, admirando el horizonte. Viste igual que yo, la ropa más cómoda que ofrece la academia, una camiseta blanca y un pantalón rojo de chándal.

No necesito decir nada. Él me escucha llegar.

—Senpai —dice mirándome sobre su hombro, sus ojos de un negro azulado me escanean—. Que sorpresa.

—Quería... agradecerte por lo de esta tarde —me acercó a él pero no tomó asiento, me quedo de pie y él me mira desde abajo.

—No tiene que hacerlo. Bill la estaba molestando, no podía permitirlo. Aún peor, no dejaría que la dañara.

Una sonrisa se esboza en mis labios, y él no aparta sus ojos de los míos, ni yo de los suyos.

Pese a habernos visto en el club muchas veces, nunca mantuvimos una conversación real. Él me observó desde la distancia, como yo a él.

Not Like You | BeastarsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora