HAY UN CAPITULO ANTES...
El tono de alarma que se implementó, logro hacerla respingar y actuar a tiempo para apartarse lo suficiente, con el propósito de que la situación no se viese comprometedora, a la par que Alexandre tosía con incomodidad, permitiendo que lo dejase de admirar como si fuera algo surreal.
— ¿Pensé que te habías retractado de tu petición de encontrarnos?— esbozo la pelinegra, mientras Luisa bajaba la cabeza, para que no se percatara de su anterior desfase de sentimientos.
Unos que ostentaba con orgullo no tener.
—Suelo cumplir con mi palabra cuando la dejo empeñada— respondió tras un carraspeo, donde no fue la única que se aclaró la voz.
— ¿Te hacia camino al club o realizando tus visitas nocturnas rutinarias?— casi se atraganta con su saliva cuando interpelo hacia su hermano—, después de todo me espetaste que cuando saliese Luisa de nuestros dominios me asegurara de echarle agua bendita al lugar— alzo la cabeza mirando al aludido, ligeramente incomodo con el desfase de su pariente.
Los filtros en ella no existían.
»Si te contara que casi se muere cuando supo que vendrías, pero no fue precisamente de alegría— le comento como si fuese un secreto, aunque casi lo grita—. ¿A menos de que sigas aquí para no dejarla pasar del recibidor?— lo acuso alejándose de Luisa con las manos en jarra enfurruñada—. Eso sí ameritaría que me contactase con Lady chatty permitiéndome informarle de uno de tus tantos enredos de faldas garrafales— que lo intuyese no implicaba que la punzada molesta en su pecho desapareciera, al escuchar abiertamente que tenían una vida íntima activa.
Tenía que mentalizarse que no era su asunto.
Ya no.
—Pues si estamos hablando de tela para cortar, podría acentuar el hecho de que sacar un permiso especial casi lo considere, ni bien estuviste a punto de entregarte a tu prometido en el jardín— boqueo indignada la pequeña pelinegra—. ¿Quién de los dos saldría indemne de la situación?— ese enfrentamiento no cesaría hasta ver un ganador— ¿Tú que eres mi muy loca hermana aun soltera, o yo que soy un respetado Duque y aunque eso no importe tambien un hombre?— tenía un punto.
—Pues de lo último no estás haciendo gala— contrapuso Freya, a punto de darle un puntapié a su amado hermano, que ese día pretendía ser odiado.
—Tengo derecho a no dejarme gobernar por tus embustes— rebatió canturreando divertido al verle roja de la rabia.
Era muy fácil sobresaltarle.
—Y yo a darte un puñetazo si no recapacitas por tus palabras a tu dulce hermanita— mostro su mano apretada no pareciendo para nada amenazante.
—Pero si eres una diminuta hiel— la manera en como Freya apretaba los puños denotaba que le iba a golpear, y este la pasaría en grande porque enserio estaba disfrutando de hacerla rabiar.
Su sonrisa resplandeciente de genuina diversión lo hacía denotar.
Cuanto echaba de menos aquellas que tambien eran dirigidas a su entidad, porque los recuerdos no le hacían justicia.
¡Que frustración!
Continuaba tan perdida, y lo peor de todo es que no tenía retorno.
—Pues esta hiel te va a dar...— no debía pasar a mayores.
—Te calmas, y respetas a tu hermano— hablo antes de que se terminara de quitar la zapatilla para estampársela en la cara—. Porque tú rabieta es injustificada— regaño consiguiendo que disminuyese los ímpetus.
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OFRENDA DE AMOR (LADY FRIVOLIDAD) TRILOGÍA LADYS #3.0
Historical FictionDe encuentros furtivos, surgen amores perpetuos. Dos corazones anhelantes por un poco de sentir genuino. Las miradas se cruzaron. Los corazones se acompasaron. Las respiraciones se entrecortaron. Los sentimientos se desbocaron. Todo en medio de un...