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~¿Por qué apareciste?... Por tu culpa estoy perdiendo a quién más amo. Por tu culpa, Jungkook va odiarme~ solloza Gala, quien está oculta en una oscura cueva.

Su pareja seguía molesta y lo más probable es que termine odiandola por lo que hizo y hará.

~Lo lamento... Lo lamento tanto~

(...)

–Tenemos que actuar antes que Jungkook marque al Omega– explica el anciano beta.–Mi hija se encargará de distraer a Jungkook y tú te llevaras al niño– señala al otro hombre.

–¿No sufrirá más si está enlazado?.

–Si lo marca, el Omega se volverá inmortal. No podremos hacer nada si eso sucede– exclama sin paciencia.

–Aún no me has dicho como es que morirá Jungkook.

–No morirá...– dice y el Alfa gruñe molesto.–Pero el dolor será tanto que no lo soportará y desaparecerá, podremos hacer lo que deseemos y nadie nos detendrá– una torcida sonrisa aparece en su, ya deteriorado, rostro.

(...)

–¿Dónde iremos hoy?.

Dos días pasaron desde aquella magnífica y extraña noche.

Jungkook no me quiso decir porque había dicho aquello.

–Esperaremos a qué el sol caiga– dice y se acurruca más contra mi cuerpo.

Desde esa noche, él parece no querer soltarme o dejarme solo en ningún momento.

–Jungkook, ¿estás bien?– pregunto preocupado.

–Si, ¿no puedo abrazarte?.

Suspiro y asiento pasando mis brazos por sus hombros.

Le he preguntado varias veces que le preocupa, pero siempre desvía el tema.

Al día siguiente de ver la lluvia de estrellas, Jungkook nos llevó a un bosque donde la presencia del otoño era completa y al estar allí nos encontramos a una manada de venados, eran muy lindos y amables.

Mientras Soobin jugaba con los cachorros, Jungkook y yo nos quedamos bajo un gran árbol, disfrutando del paisaje.

Las rojizas hojas cayendo a nuestro alrededor.

Al siguiente día nos quedamos en casa, Soobin se encontraba adolorido por jugar y correr tanto.

Observo la corona y la rosa azul, parecen estar bien, la rosa está en agua, durará más, pero la corona...

–No van a morir. La rosa al igual que las flores de la corona seguirán así de vivas por siempre, si ves que comienzan a decaer es porque mi amor por ti está acabando y eso, Jimin... jamás sucederá– habla contra mi pecho, su voz sigue sonando triste.

(...)

–Ragana. Es hora– susurra en la oreja de aquella colorada zorra.

Un escalofrío recorre su cuerpo y comienza a correr por el bosque.

(...)

–Muy bien, cachorro. Concéntrate.

Nos encontrábamos sentados en la sala, corrí los muebles dejando un gran espacio.

Soobin mantenía sus ojos cerrados siguiendo mis instrucciones.

–Se que puedes hacerlo. Eres pequeño, podrás hacerlo con más facilidad.

DESTINO (Kookmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora