4

391 59 2
                                    

Observo asombrado a la mujer.

–¿Jimin?– Murmuro dudoso, ¿será quién estamos buscando?

Miro a Soobin y está moviendo su colita mientras mira fijamente otra foto. La emoción parece desbordar de su pequeño cuerpo.

En ella aparece el mismo niño, pero mas grande y con un libro en la mano.

–¿Es tu papi?...– susurro y él asiente varias veces.

Oh... Por eso el cachorro reaccionó así, olfateó su aroma. Aquí era el hogar del Omega, ¿por qué se fue?

Me acerco y tomó la foto, observándola con detalle. Es un Omega muy bonito, piel blanca con algunos lunares a la vista y cabello negro, es igual a la beta, a excepción de sus ojos.

La foto es arrebatada de mi mano y levanto la mirada. La mujer luce muy molesta.

Ella es su madre, qué gran suerte tenemos.

–¿Quién te dió permiso? Niño insolente. Este lugar permanecía cerrado para que su aroma no desapareciera y ahora... tú– su voz se quiebra y limpia con furia su mejilla. –¡Largo!– ordena.

Por la puerta aparece el hombre y agarra con brusquedad mi brazo tirando de el, Soobin se remueve y logro sujetarlo para que no caiga.

Llegamos a la entrada principal y me arroja hacía el frío suelo. Caigo de rodillas abrazando con fuerza al pequeño lobo, mis ojos pican y siento algunas gotas bajar por mis mejillas.

Malditos humanos.

–Te lo advertimos– dice el beta indiferente.

–Cuanto tiempo, Omega...– otra voz se escucha y levanto mi cabeza.

Frente a mi hay un hombre, ya en edad avanzada, pero su presencia es imponente.

Un Alfa y junto a él otros tres betas.

–No-no se quien eres– digo bajito, revisando si el pequeño se encuentra bien.

–¿No recuerdas este lugar?– pregunta con burla. –Creí haberte dado una gran lección, pero que burro eres. Regresando como si nada, después de haberme arrebatado lo único que me quedaba de mi amada– su voz se vuelve fría y molesta.

Los observo y destellos de aquella noche llegan a mi mente.

–Usted... ¡Es un maldito monstruo!– grito, agarro a Soobin con una mano y otra la llevo a mi vientre.–Por su culpa... Mi bebé..– sollozo.

Ahora lo recuerdo, el Alfa de esta aldea odia, desprecia a los Omegas, ya sean hombres o mujeres.

Neithan vivía aquí, él es su hijo.

–Era justo. Tú me quitaste a alguien muy importante e hice lo mismo, estamos a mano... ¿Qué tienes ahí?– antes de siquiera poder reaccionar, él agarra a Soobin y lo levanta.

–¡NO!– me levanto de prisa y soy sujetado por sus dos betas.

–¿Qué tienes aquí, cachorro?– pregunta quitándole la fotografía y la observa con detenimiento.

¿En que momento la agarro?

–Éste niño... Ya lo recuerdo, sus padres tienen prohibido irse de aquí– dice indiferente y mira hacía la casa, arruga la foto dejándola caer.

–Suéltame– gruño al beta a mi derecha.

–Llévenlo al bosque– ordena dejando a Soobin en el suelo y éste enseguida corre hacía mí.

DESTINO (Kookmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora