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–¿Vas a dejarme entrar o no?–

Kristiāns seguía "flotando", hacía bastante que estaba esperando.

La noche ya era completa y él seguía gritándole a Jimin para que lo dejara entrar, hasta que se dió cuenta que mientras más alzaba la voz, menos escuchaba el Omega. Por eso, tuvo que suavizar su actitud y tono.

–No, no puedes pasar– el Omega ya se había colocado ropa y a su hijo también. Jungkook les dejo un cambio a cada uno.– Soobin no te quiere y yo aún no se tus verdaderas intenciones. Espera a Jungkook– su comportamiento era tranquilo, tenía a su hijo en sus brazos y no quería inquietarlo.

–Pero... pero, ya te dije que mi intención no es lastimarlos. Sólo quiero que ese idiota hable conmigo y solucionar nuestros problemas.

–Entonces lo esperaremos– dice, sin darle oportunidad de responder. Agarra la mano de Soobin y lo guía por el lugar, mostrándole cada detalle.–¿No es aún más hermoso ahora?– le pregunta, agachándose a su lado.

–Si, papá. Las estrellas se reflejan en el agua– el niño lo abraza y frota la nariz contra su cuello.

Jimin ríe por las cosquillas y Soobin continúa, riendo también.

–Que extraño, hoy tendría que haber luna.

–De eso quería hablar contigo, pero cómo no me dejas entrar–Kristiāns cruzó sus brazos y observaba hacia ellos.

–Te quería contar la historia de la luna y el océano.

–Ya sé la historia, Jungkook me la contó– aclara, sentadose y mirándolo.

–Papá, iré a jugar con las flores– Soobin deja un pequeño beso en la mejilla de Jimin y se aleja corriendo.

Observando todo, el moreno no puede evitar sentir un poco de envidia.

"¿Por qué tanto afecto?, ¿Cómo pudo contarle todo?"

–Amaris era una joven beta mujer, su temperamento era tranquilo, pero su terquedad y amor la llevaron por mal camino. Se enamoro de un joven que no podía tener, un Omega de nombre Denis. El Omega no la amaba, pero la insistencia de Amaris y su dedicación por conquistarlo, lo llevo a aceptarla cómo pareja. Ambos eran de mundos diferente, la beta amaba su libertad volando mientras que el Omega recorría los bastos océanos sin ataduras. La familia del Omega, al enterarse que su hijo dejaba el agua para verse con ella, se opusieron por completo a su unión y le rezaron sin descanso al antiguo Dios. Después de un mes, el Dios llegó a ellos diciéndoles que no podía hacer nada, ya que ambos se amaban y no estaban dispuestos a dejar su relación. El tiempo pasó y ambos decidieron unirse por completo, pero Amaris era una beta, no podía márcalo para siempre, crear el lazo irrompible que se forma entre Alfa y Omega. Por temor de que otro Alfa marcara y se llevara a Denis, Amaris decidió llamar al Dios. Le rogó para que la ayudara a cambiar su destino y su género– Jimin mira las estrellas mientras relata la historia.

–El Dios no lo hizo– sigue Kristiāns, también mirando hacia el cielo.

–No eran almas destinadas, simplemente Amaris se había enamorado profundamente del pequeño Omega, y Denis lo hizo con el tiempo– Jimin saluda a su hijo con una sonrisa.–Por esa razón, el Dios no le concedió el deseo. Amaris se enojó mucho y lo amenazó con matar a aquellos que intentarán cortejar a su pareja, eso enfureció al Dios y la castigo. Le dió el cambio que quería y por consecuencia, Denis también sufrió el castigo.

<<La transformó en la representante de la luna y a Denis del Océano, ambos se verían, pero no podían acercarse. No podían estar juntos– el moreno suspira y cubre sus ojos.–Fue un gran castigo para Amaris, todos podían sentir y tocar a Denis, menos ella.

DESTINO (Kookmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora