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Un hermoso Omega se encontraba recostado sobre la verde y corta hierba.

Tenía sus ojos cerrados y sus bostezos se hacían cada vez más prolongados. La tranquilidad lo rodeaba y estaba listo para dormir, con el suave sonido de las olas llegando a la costa.

La brisa soplaba serena y cálida, dándole una sensación de seguridad.

–¡Papá!–

El grito se escucha por toda la playa logrando espantar al Omega, quién se sienta apresurado y, con su vista un poco nublada, observa en dirección del llamado.

Levanta la mano y sonríe al niño que lo observa con el ceño ligeramente arrugado.

Luego de unos segundos, el niño también sonríe y se gira para seguir jugando junto a tres niños más.

El Omega suspira, vuelve a recostarse mientras bosteza y cierra sus ojos dispuesto a dormir.

–¡Papá!–

De nuevo, aquella voz se escucha, pero esta vez el niño se encontraba al lado del Omega, haciéndolo saltar del susto.

–Soobin– susurra el Omega y cubre su rostro con ambos brazos.–Deja dormir a papá, bebé.

–No...– Soobin sacude el cuerpo de Jimin y tira de él hasta lograr que se siente.

–¿Por qué no?– Jimin sonríe, pero en el fondo quería llorar. Soobin no dejaba que durmiera durante el día.

Menos durante estos días.

–Juega conmigo, papá– pide tirando más del brazo del Omega. Jimin suspira, se levanta y deja que Soobin lo guíe.


(...)

Ya llevamos caminando varios minutos. ¿Dónde querrá ir?

Observo a Soobin y sonrío. Éste año cumplió sus siete años. Su rostro es infantil e inocente y, aunque su semblante mayormente es inexpresivo, podías descifrar fácilmente cuando algo no era de su agrado.

–¿Papá?– Soobin me mira con su cabeza inclinada y sonrío más, apretando un poco una de sus mejillas.

Agarra mi mano, se queja y continua caminando con una sonrisa en su rostro.

No quería jugar, sólo quiere mi compañía y atención. Desde que le dije que tendría un hermanito o hermanita, no sé despega de mi lado.

El lazo que compartimos con Soobin es muy especial y Jungkook lo comprendió. Por esa razón no he tenido otro hijo, hasta ahora.

Estoy seguro de que, si hubiera quedado embarazado en aquel entonces, Soobin jamás me lo hubiera perdonado.

Fue una promesa que hicimos antes de conocer a Jungkook. Le prometí que sólo seríamos nosotros dos hasta que él decidiera lo contrario. Luego Jungkook entró en nuestras vidas, por lo tanto, tuve que cambiar la promesa para que Soobin se sintiera seguro.

Sólo sería él.

No tendría otro hijo hasta que Soobin cumpliera la edad suficiente para comprender todo lo ocurrido.

Hace un mes, me enteré de mi embarazo y él fue el primero en saberlo. Al principio se mostraba receloso, no se me acercaba y lloro mucho, pero Soobin es inteligente y lo comprendió.

Comenzó a portarse protector y sólo dejaba acercar a Jungkook.

–¿Cuándo le dirás a papá?.

DESTINO (Kookmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora